Una niña, Princesa de Asturias 181 años después

La infanta Leonor se convertirá esta medianoche en heredera de la Corona y Princesa de Asturias, título al que accedió el 20 de junio de 1833 -el viernes hará 181 años- María Isabel de Borbón y Borbón-Dos Sicilias, que reinaría como Isabel II, hasta hoy la última princesa niña en la historia de España.

Como Isabel, Leonor de Todos los Santos de Borbón y Ortiz nació en Madrid y, como ella, lo hizo en un mes de octubre.

Isabel pudo reinar debido a que en marzo de 1830, meses antes de su nacimiento, se publicó la Pragmática Sanción que establecía que sería la hija mayor del rey quien ocuparía el trono en caso de que no existiera heredero varón, derogando así la Ley Sálica, vigente en España desde 1713 y que excluía completamente a la mujer del acceso a la Corona.

Obviamente, la infanta Leonor se convierte en heredera al trono en unas circunstancias muy distintas, aunque obtiene la condición de Princesa de Asturias, así como los títulos de Princesa de Girona, de Viana, Duquesa de Montblanc, Condesa de Cervera y Señora de Balaguer, con el mismo marco legal que se plasmó en la Constitución de 1837, una vez concluidas las Guerras Carlistas entre los partidarios de Isabel II y de su tío, el infante Don Carlos.

El texto que se incluyó entonces para regular la sucesión a la Corona es prácticamente idéntico al del artículo 57.1 de la vigente Constitución de 1978, salvo el cambio de la palabra "hembra" por "mujer".

"La sucesión en el trono seguirá el orden regular de primogenitura y representación, siendo preferida siempre la línea anterior a las posteriores; en la misma línea, el grado más próximo al más remoto; en el mismo grado, el varón a la mujer, y en el mismo sexo, la persona de más edad a la de menos", dice el artículo.

No es la primera vez que en democracia se debate sobre la necesidad de una modificación constitucional que destierre definitivamente esa discriminación de la mujer respecto al hombre a la hora de acceder al trono, aunque políticos y expertos constitucionalistas coinciden en que, aún siendo necesario corregirla, esa anomalía no impedirá que Leonor, que hoy con ocho años pasará a ser la princesa heredera más joven de Europa, llegue a ser reina.

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