Escaparates vacíos

LOS ESCAPARATES VACÍOS, cargados de carteles de liquidación o se alquila, son la imagen más expresiva de la realidad. Están en las calles más comerciales de las ciudades gallegas. Es el reportaje que abre la sección de Galicia. 19) en una semana que cerrará con un puente de las Letras Galegas. Recordaremos el 15-M quizás como una expresión de protesta que ya se diluyó o la diluyeron. Había más de un interesado en la muerte del 15-M; había quienes veían competencia peligrosa y había, y hay, quienes se resisten a cambiar para dar respuesta a una sociedad que lleva sobre las espaldas cinco años de austeridad, recortes y devaluaciones internas. A la vista de esos escaparates vacíos, que relata el reportaje que abre la sección de Galicia, el ciudadano profundizará en el pesimismo y la desesperanza, que parece ser el estado de ánimo general, salvo para quienes ya ven aproximarse la cosecha. Le sucedió a Zapatero con los brotes verdes que cosechaba Miguel Sebastián, aquel imaginativo ministro que lanzó el ahorro energético retirando la corbata y anunció unas bombillas de bajo consumo que nunca se repartieron. El pronóstico ahora es de más lágrimas hasta 2015, al menos. O ese fue el anuncio que se les entendió a los ministros económicos, aunque Rajoy ofreció otro relato en el Congreso, algo más esperanzador. Hay también en la empresa y la banca quienes opinan que la fiebre bajará y se estabilizará, aunque no se traduzca en plena recuperación del enfermo. ¿En qué bola leen todo esto unos y otros? Lo más probable es que para entonces, salvo que llegue algo de cosecha, ya no queden escaparates para vaciar ni cristaleras para pegar los carteles de se alquila. A este ritmo, y si la prensa conservadora inglesa sigue haciendo anuncios de catástrofe sobre España, las calles serán soledad.

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