''Es un buen trabajo, siento que hago algo que ayuda a mis alumnos''

Gwyneth Chew es oriunda de Pittsburg, en el estado de Pensilvania (Estados Unidos), aunque su familia vive en Hong Kong, donde estudió la educación secundaria. Estudió Ciencias Políticas e Inglés y luego obtuvo el certificado que la habilita como profesora de inglés como lengua extranjera, un título que abre muchas puertas a los nativos en las academias particulares. Antes de llegar a Lugo ya había enseñado en Australia y Tailandia. El programa del Ministerio de Exteriores le dio la oportunidad de venir a España y aprender español, un idioma que ya empieza a dominar con soltura a pesar de que llegó con un nivel bajo.

A Gwyneth le gusta dar clase y quiere encaminar su futuro hacia la enseñanza de inglés. «Es un buen trabajo, me gusta y siento que estoy haciendo algo que va a ayudar a mis alumnos», dice. Tiene pensado quedarse en España un año más para alcanzar un dominio completo de la lengua.

A ella le ha tocado trabajar con un abanico muy amplio de edades, desde niños de primaria hasta bachillerato, y asegura que encuentra diferencia entre la actitud más desinhibida de los pequeños y la más vergonzosa de los alumnos de 15, 16 o 17 años. También el nivel de comprensión de la lengua es distinto, pero influye, dice, que los contenidos son más sencillos en Primaria y más complicados en ESO.

En Estados Unidos, el aprendizaje de una segunda lengua en la enseñanza pública no es obligatoria hasta los 12 años y se realiza durante tres cursos. La oferta se concentra, sobre todo, en francés, alemán y español, y este último es el más demandado porque para muchos hijos de inmigrantes es su segunda lengua «y así estudiar les resulta más fácil».

Al igual que Wiebke, Gwyneth también se sorprendió gratamente con Lugo, una ciudad a la que se ha adaptado perfectamente. «Antes de venir pensaba que sería una ciudad más pequeña y más aburrida, pero no es así. Me gusta mucho, hay muchos bares y tiendas y conoces a todo el mundo», asegura.

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