Entre la paz y el conflicto

La histórica imagen de dos papas rezando juntos, la despedida de Obama de Oriente Medio, donde parece que dejó alguna esperanza de semilla de paz, y los manifestantes de las preferentes ante el recinto donde el PP de Pontevedra celebraba su congreso son tres noticias de ayer y casi una buena síntesis de la semana, a la que hay que sumar Chipre que ayer seguía como tema abierto. El abrazo entre pontífices y la siembra en el horizonte de paz que pudo dejar el presidente Obama en ese eterno polvorín de Oriente Medio son mensajes en positivo. Pero fue un viernes de dolores cuando llegó la decisión del Frob sobre la reconversión de las preferentes en acciones, con pérdida del 43 por ciento en el caso de NCG Banco. Llamémosle perder, por favor. Estamos ante conflicto que no necesita más combustible. Se vio ayer en Silleda. Hay una base de injusticia para aquellos tenedores de preferentes, usemos la terminología oficiosa, que fueron engañados. Los hay y piden justicia con fundamento . Hay también, aunque no se citen, quienes fueron atraídos por la alta rentabilidad. Estos conocían los hipotéticos riesgos de la inversión, aunque prevaleciese la imagen de solvencia de las entidades que ofrecían el producto. ¿Fue una colocación a la desesperada y forzada por las cajas para ganar solvencia? No es una cuestión menor la respuesta. Para resolver ahora el conflicto hacen falta más que gestos de demagogia. La retirada de medallas es populismo que desprestigia a quien las concedió, no a quien las recibió. Hay que aclarar la instrumentalización que acude al terreno abonado del problema, pero no para dar solución sino para generar conflicto social y político. Y sigue siendo una urgencia que la exigencia de responsabilidades, que debe haber, se plantee. Pero no impidiendo el normal desarrollo de la actividad institucional y política.

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