Entre el balance y el interrogante

HUBO BUEN tiempo, gente, variedad y calidad en el programa, según asegura el primer teniente de alcalde de Lugo, Antón Bao, al valorar las fiestas de San Froilán que terminaron el miércoles. Es una posición que compartirán muchos ciudadanos. Hubo ciertamente variedad y calidad en el programa que encontró respuesta positiva en el público asistente. En el público está el balance definitivo y real. Positivo, sin duda. El interrogante que queda abierto, y en el que hace fuerza la oposición municipal, es el de los manteros y la invasión de vía pública y otros problemas -higiene, competencia- que genera esa concentración. Hay un malestar ciudadano con este asunto, tan espontáneo como la simpatía ciudadana que en otros años encontraron esos inmigrantes frente a determinadas actuaciones policiales. Cierto que no hubo incidentes graves. Pero no se puede admitir como normal para años sucesivos este fenómeno de los 1.500 manteros, según la estimación oficial. Los puestos de venta han de atenerse a las normas locales y no deberían afectar negativamente al discurrir normal de la vida ciudadana. San Froilán ha de ser la gran fiesta del otoño gallego y la cita del pulpo en Lugo y no la imagen de un inmenso mercadillo callejero de manteros.

DAÑOS

Determinadas informaciones sobre supuestos delitos de interés general hay quienes las interpretan únicamente en clave de daños de imagen para una colectividad, y se imputan todos los males al mensajero —el medio de comunicación de turno que da esa información—. Instrumentalizar tal sentimiento social de malestar por un daño colectivo lleva en sí el riesgo de repetir la vieja fórmula de matar al mensajero. Una forma de censura, que se encubre de falso interés general.

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