Entierran en Guitiriz a una mujer que guardó su ataúd en el salón 20 años

Fina de Rivera, que murió este jueves a los 99 años, le encargó el féretro a un carpintero local
Nota que dejó la nonagenaria natural de Guitiriz
photo_camera Nota que dejó la nonagenaria natural de Guitiriz

Dejó todo preparado para su entierro. Incluso la esquela y el féretro, que guardaba desde hace unas dos décadas en el salón de su casa, ubicada en el centro urbano de Guitiriz. Y el día ha llegado. Josefa Rego, más conocida como Fina de Rivera, falleció el jueves, a los 99 años, en A Coruña, a donde se trasladó con una sobrina hace algunos años. Este viernes será enterrada en Guitiriz.

"Tiña a caixa no piso no que vivía, dende hai moitos anos, 17 ou 18 polo menos, e quería deixar todo á súa maneira e coñecer a súa caixa. Así foi. E era un féretro dunha madeira formidable", decían este jueves desde la funeraria Teixido, de Guitiriz, la empresa encargada de recoger el ataúd de la vivienda en la que residió durante años en la localidad chairega la que muchos conocían como "a señora Fina".

"Encima da tapa do féretro atopamos unha nota", explicaron con sorpresa desde la funeraria. Firmada por su dueña, y escrita a mano -en la imagen-, decía: "Son bisagras de la caja y las llaves del nicho". "Era unha persoa moi aberta, moi peculiar, moi alegre", recordaban vecinos de Guitiriz, que reconocieron que lo del ataúd fue durante años un secreto a voces.

"Estaba colocado en el salón, como otro mueble más", dijeron algunos de sus conocidos, mientras la hija del carpintero que se encargó del extraño pedido, Julio del bar Avenida, narraba como fue la historia al otro lado del teléfono.

"Se le metió en la cabeza que quería que mi padre le hiciese el ataúd. Él al principio no le hacía caso. Pero era amiga nuestra, y tanto le insistió que le dio pena decirle tantas veces que no y accedió. Pero fue como un cariño, por el trato y la confianza que había. Él no trabajaba para fuera y le pidió como condición que no dijese nada. No fuera a ser que la gente le encargase más luego", relató.

"Fue el encargo más raro que tuvo», reconoció la hija del autor de un ataúd comprado por una vecina previsora, que «no le dio instrucciones", aunque sí pidió un material concreto, madera de castaño.

El ataúd fue hecho por módulos, para poder llevarlo a su casa, donde se pasó los últimos 20 años en el salón. Y la funeraria Teixido, la misma que organiza ahora el entierro, se encargó en aquella época de forrar el interior del féretro. "Tapizámolo con puntillas de Tarragona. Elixiunas ela", recordaban el jueves. "Mi padre no se lo quería cobrar, porque no se dedicaba a venderlos, fue un cariño, pero ella le ingresó el dinero en el banco, le pagó lo que ella quiso", relató la hija del carpintero.

El funeral será esta tarde, a las 17.00 horas, en la iglesia parroquial de Santa Mariña. Después, Josefa Rego recibirá sepultura en el panteón familiar, ubicado en el cementerio de Guitiriz, tal y como ella quería.

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