Enciclopedia popular

El otro día cayó en mis manos el Diccionario Enciclopedia do Pensamento Galego, un volumen no muy exagerado de páginas editado por Xerais y por el Consello da Cultura Galega en el que se documenta, primero por orden alfabético y después por disciplina, la historia política y pensadora del país. Si tienen oportunidad (o interés) de echarle un vistazo, no crean que van a encontrarse el clásico monolito tradicional de la política gallega, sino que va mucho más allá. Tiene partes hagiográficas y de exceso laudatorio (perdonable y justificable), pero el conjunto se hace interesante porque explica algunas nociones básicas de la formación de élites del país, que es algo fundamental para entender todo lo demás.

Esto está muy bien, es muy necesario y fortalece la conciencia colectiva, cívica e individual de Galicia; pero lo que parece imprescindible a estas alturas es concretar una especie de Enciclopedia Popular Galega en la que aparezcan los nombres y las actitudes del país fotografiados y analizados desde el (re)conocimiento de sus logros y, por qué no, de sus errores.

Toda comunidad tiende a mitificar a sus próceres y a sus elites porque, en gran medida, son ellos los que escriben la historia con mayúsculas, los que aprueban los nombres de las calles y los que firman que se financien las estatuas.

Sin embargo, los ídolos populares tienen que ganarse su sitio en la historia con éxitos desbordados y después de que el tiempo les juzgue, sin posibilidad de ponerse el nombre en una placa.

Las enciclopedias populares escritas por ahí adelante suelen ser tratados hechos desde las bases de la sociedad con intención de ordenar un territorio comanche, un batiburrillo de francotiradores inconscientes que hasta que alcanzan el reconocimiento pueden pasar años de desierto.

Una de las entradas más desconcertantes y extensas de esa Enciclopedia Popular Galega debería ser el fenómeno de Os Tonechos, el dúo humorístico-costumbrista que anunció su separación la semana pasada y de la que se hicieron eco todos los diarios del país,
sus redes sociales, blogs y demás medios de comunicación modernos.

Os Tonechos son, en sí mismos, una suerte de Enciclopedia Popular Galega con incidencia en sus tópicos internos, en su conciencia colectiva y en una reinvención del humorismo local.

Hasta Luar, el programa eterno que les vio nacer y crecer como estrellas pop, cambió su modelo de contratación de artistas: ya no valen los contadores de chistes; lo que se buscan son bufones del pueblo llano.

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