En tu ausencia

Bolardo. PEPE TEJERO
photo_camera Bolardo. PEPE TEJERO

LA JUEZA DE LARA y el alcalde Orozco han estado esta semana por la Ruta de la Plata. El uno, parece que camino de Trujillo, cuna de conquistadores; la otra ha enviado a sus conquistadores camino de Contratación, departamento bajo sospecha de expolio. Al menos ambos han compartido acierto en sus ausencias: las imágenes del registro en el concello, incluido el despacho del regidor, pierden mucha fuerza sin ellos. No hay morbo, quiero decir, como en aquellas míticas de la comisión judicial -con fiscal, secretario y policía al frente- recorriendo los pasillos de la Diputación como los Intocables de Eliot Ness, en la no menos mítica operación Muralla.

Ya sabemos, siete años después, en qué quedó aquella: murió aplastada por el peso, primero de la fama y luego de la ingente cantidad de papeles y expedientes que se incautaron. Daba pereza hasta mirarlos, no digo ya analizarlos, y el caso terminó bloqueado y bloqueando a quienes osaron aceptar el reto, que tampoco fueron tantos. Habrá que confiar en que la Justicia sea capaz de aprender de sus propios errores y los pokemon no evolucionen a murallas o cariocas. Lo comprobaremos dentro de un par de años.

Mientras, no creo que la nueva entrada judicial en el concello haya variado significativamente la situación que ya atravesaba el gobierno municipal, que parece en descomposición desde hace muchos meses. Y digo gobierno por guardar las formas, porque en este último mandato la figura de Orozco lo ocupa todo y a todos ensombrece, en una constante huida hacia sí mismo que cada vez acentúa más su personalísimo modo de entender la política.

Nadie puede negar que ha sido precisamente ese personalismo el que ha sustentado buena parte de los votos del PSdeG en Lugo desde hace más de una década. Y no fueron malos años para Lugo. Pero, poco a poco, el equipo ha ido perdiendo peso y presencia en la misma medida que Orozco los iba ganando. Unos por agotamiento, otros por hartazgo y algunos por heridas de consideración en la zona dorsal, por el camino se han ido cayendo nombres de entidad, hasta llegar a la situación actual, en la que el gobierno municipal carece, salvo alguna honrosa excepción, de referencias de entidad que puedan aportar decisiones autónomas y absorber parte del desgaste. Consejeros capaces de decirle al rey que está desnudo, utilizando una metáfora muy del gusto del propio Orozco.

Una situación que se ha visto agravada por el calvario judicial que está teniendo que soportar, que inevitablemente le pasa factura personal, además de la colectiva, que nos la repartimos entre todos los lucenses. No puedo aportar más prueba que mi convicción personal, pero no tengo a Orozco por una persona corrupta. O al menos no más que cualquier otro responsable público que pertenezca a un partido con necesidades de financiación, pero ese es otro cantar. Sin embargo, tampoco puede pretender que olvidemos algunos detallitos, como que quien fue su mano derecha y brazo ejecutor durante años haya terminado en una celda de Bonxe. La responsabilidad judicial se determinará, pero la responsabilidad política es ineludible.

Todo esto está derivando en una presión mediática y política exagerada sobre el Ayuntamiento y en una gestión municipal cercana al colapso en algunos temas, especialmente en varios de los que el alcalde ha ido asumiendo personalmente en este último mandato. A estas alturas, tampoco creo que haya quien dude de que Orozco es capaz de crecerse ante las adversidades, pero de lo que sí se puede dudar es de que ese crecimiento sea ya bueno para nadie, de que no conduzca al atrofiamiento por exceso. Y el resultado puede ser que dentro de dos años su partido no tenga nada que ofrecer a los electores.

«A veces una retirada a tiempo es una victoria», aconsejó hace unos cuantos días el propio Orozco a Pachi Vázquez ante el lío que hay montado en el PSdeG. Quién sabe si el astuto profesor le daba vueltas a esta frase mientras cubría la Ruta de la Plata y en la radio del coche informaban del registro del despacho del alcalde de Lugo.

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