¿En qué quedamos?

IR AL médico u hospital que uno elija, en un sistema democrático, es una opción personal, incluso tratándose de la vicesecretaria general del PSOE, ingresada en una clínica privada de Benidorm para curarse de una neumonía. Lo que pasa es que en el caso de la señora Valenciano la decisión chirría y evidencia lo bocazas que son los políticos. Hace muy poco tiempo protestó resueltamente, sin paliativos, porque el Rey había prescindido del sistema sanitario público para someterse a su intervención de cadera. Poco tardó la señora Valenciano en copiar los pasos del monarca. Ya digo, carecería de importancia si no fuese por el impudor partidista de una de las principales dirigentes socialistas del momento, que tampoco es la única en decir una cosa y hacer otra si le conviene. Para más señas, su jefe, el señor Rubalcaba, también prefiere para sí, no para otros, la sanidad privada, no se sabe muy bien por qué. El cinismo, como en este caso de la vicesecretaria general, suele pasar factura, quedando sin autoridad moral para seguir con las críticas al respecto.

Comentarios