''En España falta que haya cultura de pasar la investigación a la sociedad y a la industria''

Luis Liz Marzán (derecha), con el rector vigués, Salustiano Mato. (Foto: EP)
photo_camera Luis Liz Marzán (derecha), con el rector vigués, Salustiano Mato. (Foto: EP)

Nacido en Lugo en 1965, el catedrático de Química Luis Liz Marzán desarrolló su carrera profesional en la Universidad de Vigo, donde dirige un grupo de investigación puntero. Es el único gallego que ha logrado una beca del Consejo Europeo de Investigación, que financiará su proyecto con 2,3 millones de euros. 


Estudió en el colegio Rosalía de Castro, en el instituto Masculino y en el Colegio Universitario hasta que tuvo que partir a Santiago para acabar la licenciatura. Luis Liz Marzán es lucense hasta la médula y aquí reside su familia, aunque él se haya establecido en Vigo, a cuya universidad está vinculado desde 1995. Su trayectoria, ligada a la nanociencia y la nanotecnología, fue reconocida el año pasado con los premios Humboldt y Dupont y el Consejo Europeo de Investigación acaba de darle el espaldarazo con una de las 266 becas que otorga a proyectos de investigadores senior para desarrollar proyectos ambiciosos. Se presentaron más de 2.000 candidatos y Luis Liz Marzán ha sido uno de los trece españoles -y el único gallego- que ha obtenido una de esas ayudas millonarias.

Dirige un grupo de investigación de un tamaño considerable y con muchas colaboraciones. ¿Cómo se gestó?

Lo componen algo más de treinta personas y tenemos colaboraciones con más de una treintena también, nunca las he contado. Al principio estaba solo, pero fui consiguiendo fondos y gente que se unía al grupo y fue creciendo poco a poco.

En el último año ha recogido además muchos galardones que premian esa trayectoria...

Sí, los premios han sido más bien un reconocimiento a la carrera, pero la subvención, aunque también premia el salirse de la media porque es necesario estar entre los que destacan para que la otorguen, refleja también interés por la propuesta de investigación.

¿El proyecto para el que se lo han dado está ya en marcha o se iniciará a partir de ahora?

La parte inicial se relaciona con lo que llevamos haciendo estos años, pero otra parte es novedosa y, de hecho, será necesario incorporar nuevos laboratorios.

¿En qué consiste exactamente la propuesta?

Se trata de diseñar un método de detección sensible y rápido para entender cómo se relacionan las bacterias y cómo interaccionan con otros tipos de células que permitirá ver en tiempo real esas relaciones.

¿Qué aplicación puede tener?

Puede tener mucha relevancia porque por un lado se puede evitar infecciones causadas por bacterias y, además, manipular su comportamiento para que ataquen a cierto tipo de tejidos y actúen de forma terapéutica.

¿Cómo ve la investigación en España? ¿Cuál debería ser el país o el modelo de referencia?

Creo que ha mejorado mucho en los últimos 20 o 30 años. Ahora hay muchos grupos fuertes, pero lo que falta es que haya esa cultura de pasar la investigación a la sociedad y a la industria. En otros países, como Holanda, la industria financia investigaciones desde lo más básico a lo aplicado porque saben que formar científicos les va a beneficiar. Esa mentalidad es la que falta aquí.

Usted se ha especializado en la nanociencia, un campo muy prometedor, ¿no es así?

Sí, pero digamos que ya ha madurado un poco desde el bum inicial. Ya podemos decir que es como otra ciencia, con el mismo potencial que puede tener la química o la biología. Eso es bueno porque normaliza la situación, elimina recelos y hace que ya no se vea como algo que está de moda. Creo que podemos estar satisfechos.

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