El senderismo es más que caminar para ciertas personas y se convierte en una forma de contrastar sus conocimientos con la realidad. El monfortino Guillermo Díaz es un biólogo que, junto a otros expertos, hace rutas por O Courel, en las que trata siempre de descubrir algo. El fin de semana pasado lo dedicaron a los fósiles.
La sierra de O Courel está repleta de senderos y caminos desde los que se atisban impresionantes paisajes. Infinidad de personas los recorren porque muchos de ellos están señalizados, pero hay numerosos que llevan años ocultos. Además, hay rutas consideradas imposibles, por las que se adentran solo los vecinos, expertos senderistas, espeleólogos o montañeros.
Entre todos ellos se encuentran varios investigadores, como el biólogo Guillermo Díaz Aira, un monfortino que desde hace unos seis años no cesa en su empeño de redescubrir incluso rutas sobre las que el vecindario tan solo tiene referencias. Con la ayuda de ellos, en especial de Orlando Álvarez, ya logró transitar por zonas totalmente salvajes. La divulgación de sus experiencias por la red arrastra a numerosas personas todos los fines de semanas. Por eso, el pasado hicieron un ruta ellos dos con otras seis personas desde Ferreirós de Abaixo a Penoboa, pasando por Penas da Auga a Seixo, en busca de fósiles. El resultado fue el hallazgo de dos piezas que no serán reveladas hasta que especialistas en la materia las identifiquen.
«Se trata de observar más que de caminar»
Díaz y los otros senderistas del grupo recalcan que pasan más horas observando los paisajes, plantas, cascadas y otros elementos de la naturaleza que caminando. «Se trata de observar más que de caminar, que es como realmente se descubren las cosas. Por ejemplo, así sucedió al encontrar el Teixo dos Sete Homes. Fue un trabajo de observación y de análisis de los datos recogidos entre los vecinos», puntualiza.
