Emprendedores con marcada vocación familiar

Alberto Díaz, en el parque infantil de su bar en Castro. N. rodríguez
photo_camera Alberto Díaz, en el parque infantil de su bar en Castro. N. rodríguez

La necesidad agudiza el ingenio, dice el refrán, y eso fue más o menos lo que pusieron en práctica Alberto Díaz y Meri Almeira, un joven matrimonio que llegó a Castro de Ribeiras de Lea hace poco más de un lustro para montar un negocio de alimentación y que desde el jueves regenta, también en Castro, la cafetería Mariva, en la que han habilitado un parque infantil, el primero que se crea en un negocio hostelero de la comarca.

El local, que durante años fue un referente para la movida juvenil, ahora inicia una nueva etapa con la pretensión de «ser un local atractivo para o ocio de toda a familia». La idea surgió casi como una necesidad, relata Alberto, quien explica que «cuando salimos a tomar algo nos encontramos con el problema de que no sabemos dónde dejar ni a dónde llevar a los niños, porque no hay demasiados lugares en los que se puedan sentir cómodos y se diviertan».

Este problema, al que como ellos se enfrentan a diario muchas familias, les llevó a pensar en crear un parque infantil de juegos en las dependencias del propio local hostelero. «Así, los niños pueden jugar mientras sus padres toman un café o disfrutan de cualquier otra consumición», comenta Alberto, quien precisa que las instalaciones de ocio infantil están homologadas.

Conscientes de que los niños son el futuro, Alberto y Meri, que son padres de tres hijos, apuestan también por los más pequeños como vía de negocio. «Nos gustaría convertirnos en un sitio de referencia para las fiestas de cumpleaños en la comarca, porque creo que no hay ningún local de estas características», dice él.

La novedosa apuesta de estos dos emprendedores supone un complemento a la actividad habitual de cualquier local de hostelería, pues «si bien los niños pueden atraer a un público determinado, el bar se mantiene de servir cafés, desayunos, refrescos, copas, raciones o bocadillos», concluye.

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