Una firma de un millón de euros

El zapato vilalbés pisa con fuerza

Hace cinco años las gemelas Viviana y María Fernández impulsaron un proyecto de diseño y venta online de calzado y revolucionaron el negocio familiar. Lolita Blu, una marca con la que pretenden acercar la moda a todos los bolsillos, puede presumir de llegar al armario de decenas de blogueras, modelos y actrices

SON LA TERCERA generación en el negocio del calzado. Las nuevas caras de un sector al que llegaron hace apenas cinco años para revolucionarlo. Las gemelas Viviana y María Fernández, de 37 años, demostraron que el zapato vilalbés pisa con fuerza por donde pasa y pueden presumir de que sus diseños llegaron al armario de decenas de blogueras, modelos y actrices de dentro y fuera de España.

«Estudié periodismo, traducción y viví varios años en el extranjero. Y al volver hice un máster de márketing digital. Exigía un plan de negocio y lo hice sobre la industria del calzado, que conocía bien. Ahí me di cuenta de que era posible cubrir un nicho de mercado: el zapato de diseño, pero no tan caro, con buena calidad, diseños atrevidos a un precio razonable», explica Viviana desde Madrid, al otro lado del teléfono. Ella se encarga de la parte de comunicación y márketing. Su hermana, que estudió fisioterapia, se centra en la logística y el trabajo de oficina en Vilalba. Y a través del tándem perfecto que crearon, entre las dos eligen los zapatos cada temporada.

«No somos diseñadoras. No hacemos bocetos. Trabajamos con fábrica y elegimos lo que queremos: el tipo de zapato, la horma, el tacón, los detalles, el color...», explica una joven que sabe pisar en el suelo pese al despegue de su marca de zapatos.

 Soñaban imaginando que algún día llegarían a diez ventas de zapatos al día y hoy Lolita Blu vende entre 130 y 140 pares diarios

«Cinco años después me doy cuenta de que no sabíamos de muchas cosas y, la verdad, no me creería que llegásemos hasta aquí. Empezamos aprendiendo sobre la marcha. Pusimos a la venta el stock de mis padres, que comercializan otras marcas, y empezamos a introducir la nuestra muy tímidamente. Hoy prácticamente es la única que vendemos», dice.

Sus diseños despuntaron pronto. «Empezamos muy poco a poco, con una o dos ventas diarias. Me acuerdo que soñábamos imaginando que algún día llegaríamos a diez ventas al día», dice Viviana. Hoy Lolita Blu vende entre 130 y 140 pares diarios, a lo que suman cada temporada colecciones de bolsos y carteras de fiesta.

«Hemos superado la cifra de diez pares de zapatos al día con creces», dice entre risas, mientras explica que los pasos de su empresa -ya sea sobre unos peep toes, unos stilettos, unas sandalias o unas slipper- han sido graduales. Sin trampolín.

«No ha habido un gran salto, pero no hemos dejado de crecer. Casi doblamos las ventas de un año para otro», dice esta joven empresaria. Su principal mercado es España y también Portugal y su reto, la internacionalización.

«Es un producto bastante llamativo, original y nuestro secreto es ofrecer la mejor relación calidad, precio, diseño», dice Viviana, que reconoce que supieron lanzar junto a sus zapatos un buen plan de márketing.

«Nuestra mejor publicidad son la clientas, las ‘chicas Lolita Blu’, que se sienten orgullosas de llevar nuestro producto», dice la responsable de una «comunidad ‘fashionista’» propia, donde el zapato «es una herramienta de empoderamiento de la mujer» y las redes sociales, la mejor herramienta para multiplicar el boca a boca y hacer que su mensaje -el que defiende que la moda no es frívola, es un lenguaje corporal más y un manifiesto que nos ayuda a expresarnos- traspase todas las fronteras.

«La primera bloggera que nos sacó fue Malena Costa. La primera vez fue una sorpresa y se notó en las ventas. De repente se vendían diez zapatos del mismo modelo en un día». Desde las primeras fotos, la lista de famosas se hizo interminable. Otras blogueras como Lovely Pepa, Aida Domenech o Silvia Navarro apostaron por sus diseños, a los que se sumaron caras conocidas como Eugenia Silva, Ariadne Artiles, Raquel Sánchez Silva, Marta Torné o Mar Flores.

«Alucinamos cuando la reina Letizia sacó uno de nuestros modelos y con Olivia Palermo aún nos sorpendió más. Ella tiene a todos los diseñadores que quiera y tenemos cuatro imágenes de ella con nuestras slippers y en momentos clave, en actos que sabe que la van a fotografiar», explica entre la incredulidad y el orgullo mientras deja que sus zapatos se despeguen un poco del suelo.

«Paula Echevarría no nos ha sacado nunca y me gustaría verla con algo nuestro. Además, dicen que todo lo que se pone funciona. A nivel personal, también me encantaría ver a Penélope Cruz con unos Lolita Blu, que es una de las españolas más internacionales», dice, y vuelve a pisar suelo firme.

La firma está nominada al Premio Prénamo a la Excelencia Empresarial, en la disciplina de moda, en la categoría de zapatos, por la Asociación de Jóvenes Empresarios Españoles

«Nuestro objetivo es mantenernos y seguir ampliando la colección», indica Viviana, que asegura que aunque todavía no han tomado la decisión, la idea de abrir una tienda física es algo que barajan. «Nos planteamos abrir una en Madrid. Pero la web es más rentable y conlleva menos riesgos. Igual cuando toque techo nos decidimos», dice, y ríe mientras recuerda cómo surgió el nombre de su firma, cuando tenía 18 años y se lo propuso a sus padres para abrir una tienda en Lugo. Ahora tienen dos, además de varias bajo la marca Don Zapato, pero aunque venden algunos de sus diseños, son negocios independientes.

«Dije que algún día iba a explotar esa marca. Así que cuando decidimos apostar por la tienda online les robé el nombre a mis padres otra vez», comenta. «A ellos también les ha pillado de sorpresa nuestro éxito», dice.

Además de las ventas, que no dejan de crecer, también ganan reconocimientos. Lolita Blu está nominada al Premio Prénamo a la Excelencia Empresarial, en la disciplina de moda, en la categoría de zapatos, por la Asociación de Jóvenes Empresarios Españoles. «Es un premio en el que ellos te eligen, no te presentas. Y es una alegría estar nominadas, porque nos valoran en la labor empresarial», dice. Si lo ganan o no se sabrá el 29 de junio, en la gala que se celebrará en el Museo del Traje de Madrid. Con tacón o en plano, su huella ya está marcada.

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