El voto de la abuela Maruja

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lAS ELECCIONES suelen ir unidas a unos plazos: convocatoria, período para presentar candidaturas, para reclamar o hasta el permitido para inaugurar cosas, que esta semana la Junta Electoral Central echó por tierra la penúltima posibilidad que tenían nuestros gobernantes para publicitar su labor, que eran las visitas: ahora, ya ni se les deja, a los pobres, aparecer en vísperas de la jornada de reflexión velando por el desarrollo de la obra urgente que se empezó hace año y medio con un plazo de ejecución de tres meses.

Pero éstos son los plazos oficiales. Luego están los extraoficiales: cuánto tardará el partido equis en sacar los trapos sucios del rival o, entre otros, cuándo se sabrá cuál es la promesa electoral estrella. A la vista de la Crisis que nos azota, es bastante probable que las estrellas de la campaña sean las palabras «austeridad» y «ahorro», cuya pronunciación, por cierto, no conlleva su existencia, aunque algunos lo piensen. Hace cuatro años, la promesa estrella, al menos en Lugo, eran los geriátricos, seguidos de los polígonos industriales. Y es que una residencia de ancianos es una dotación casi imprescindible en una provincia donde la población jubilada supera el veinticinco por ciento, y roza el cincuenta en algún municipio. Es, sin duda, la promesa ideal, porque beneficia a los jóvenes que no saben qué hacer con sus mayores o no tienen tiempo para ellos, y beneficia, claro, a algunos ancianos que prefieren irse con otros de su edad y no arriesgarse a estar desatendidos o solos.

Como promesa, ya digo, es ideal... como realización ya es otro cantar. Y es que los precedentes lucenses son realmente preocupantes: parece como si fuera inevitable que una residencia para ancianos lleve tanto tiempo construirla como la vida de sus ocupantes: A Fonsagrada, Negueira de Muñiz, Antas, Baleira...

Pero lo de A Fonsagrada, y el anuncio de la Diputación de que va a asumir las obras de la residencia Rois de la Peña, es muy simbólico por otras razones. Así, es paradigma de la política de tercera edad de la actual Xunta: no parece normal que algún geriátrico iniciado en el bipartito siga aún sin ocupar. Tampoco parece normal que, pese a las invitaciones del Ayuntamiento fonsagradino, la Xunta no haya sabido templar gaitas (o, lo que es lo mismo, marear la perdiz o alargar los plazos) con el tema. Y también es un símbolo de que el actual bipartito provincial se ha percatado de que los mayores son un buen caladero de votos. Por las mismas fechas en que Gómez Besteiro anunciaba las obras en la socialista A Fonsagrada, su socio Antón Bao hacía lo mismo en la nacionalista A Pobra do Brollón. Allí se van a jugar dos diputados importantes el 22-M.

Si al final el PP recupera la Diputación, es probable que la residencia de A Fonsagrada se olvide, como ocurrió con el proyecto juvenil-senil para el que logró financiación el alcalde de Baleira en los últimos minutos de Francisco Cacharro. Pero hasta entonces, los socialistas de A Fonsagrada podrán entonar el estribillo de Lucía Pérez en Eurovisión, porque la firma de un convenio no entra dentro de los vetos electorales. Muestra de que el asunto ha puesto nerviosos a los populares es que la noticia fue saludada con denuestos (anónimos, por supuesto) contra el PSOE en internet y con el anuncio de la Xunta de que se hará la de Baleira, del mismo partido judicial. Esta guerra de cromos es una muestra de que nuestros abuelos pesan mucho, aunque a veces uno sólo se acuerda de ellos en momentos concretos: cuando falta dinero, cuando hay que cuidar al niño, cuando hay que votar...

CENSO El chiste del aumento en el censo

La investigación sobre el supuesto aumento del censo electoral en Negueira de Muñiz parece un chiste malo. Primero, porque en un municipio de doscientos y pico habitantes el nacimiento, por ejemplo, de unos gemelos ya representa una variación del uno por ciento en el censo. Otra posibilidad es que el aumento se deba a que los simpatizantes del PP hayan decidido empadronarse de nuevo para que el partido no se quede a cero, como ocurrió hace cuatro años: ni siquiera se votaron los de la candidatura porque no estaban censados. Lo paradójico es que una menudencia como ésta puede tener unas penas realmente tremendas.

PLANES Esperando al 2018

La Xunta ha puesto fecha para que las empresas de Lugo lleguen a ser competitivas: ocurrirá en el 2018. O sea, que aún nos faltan siete años, siempre que no acontezca el fin del mundo en el 2012, como auguran algunos. Quizás es un plazo muy largo, y, a la vez, es el reconocimiento de que hay economías tan depauperadas, como la lucense, que ni la ayuda oficial es capaz de aportar una mejora inmediata a la situación general.


El revelador bodegón del burdel. Esta foto es una joya. Si fuera una pintura, sería un bodegón de cosas aparentemente inconexas: lujuria y dinero, papel y plástico y madera... Es curioso ver lo que han podido salvar los bomberos después de tropecientos incendios en el club Eros. El zapato de vertiginosas alturas ha resistido al fuego sin problema, al igual que las carcasas de los dos aparatos eléctricos. Incluso el poco papel que queda en el TPV se mantiene intacto. ¿Será un símbolo de que el dinero y el sexo nunca mueren, ni siquiera en un club precintado por la Justicia? PEPE ÁLVEZ

PINCELADAS

Okupas. ¿Tendrán algo que ver los okupas utópicos de hace años con los que ocupan pisos abandonados en estas semanas?

Fuego. No ha llegado el verano pero ya se registran incendios en los montes lucenses.

Cambios. Crego (PP de Burela), Balado (PSOE de Castro de Rei), Marful (PSOE de Foz)... Es llamativa la sucesión de abandonos a última hora en las filas de los partidos.

O RECORTE ♦ A erótica da Xustiza

El Progreso, 25-03-2011, p. 28Nalgúns sitios fálase da erótica do poder, pero co caso Carioca e con noticias como esta, habería que empezar a facelo da erótica da xustiza, aínda que, se cadra, a xustiza erótica é máis interesante. Porque un empeza por presentar unha denuncia pola cama na que durme e acaba por querelarse porque se rompeu o condón, como xa ten pasado, ou (con perdón) por unha reclamación de paternidade. Calquera día acabamos cun avogado no dormitorio: confiemos en que sexa silencioso e non lle dea por opinar ou ensinar.

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