El viaje del tiempo

Foto: ANTONIO LÓPEZ
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PARECE SER QUE lo de un poco más a la derecha o un poco más a la izquierda tiene su importancia. Ya lo dice ese chico de Ciutadans, aunque de momento no sabemos cuántos le hacen caso, y no lo dice pero lo piensa, Rosa Díez, y tampoco lo dice pero lo teme, Mariano Rajoy. En esta esquina verde nosotros lo sabemos muy bien, pero no por nada de la política, sino por el anticiclón de las Azores. Bastó que se moviera un pelín para que salgamos casi todos los días en los telediarios de todas las cadenas: gentes engullidas por olas gigantes, camiones asomándose al abismo de un puente, tejas amenazantes sobrevolando nuestras cabezas, grúas a punto de reventar casas, paseos marítimos desplazados varios metros... Ese pequeño corrimiento del famoso anticiclón de las Azores, sobre el que tantas bromas llevamos gastado es más que suficiente para que deje vía libre a todas las borrascas que en el mundo han sido y que ahora se llaman ciclogénesis explosivas, una denominación a mitad de camino entre la economía y la meteorología, pero alejadísima del cine, donde siempre quedó mucho mejor eso de ‘tormenta perfecta’.

Pues sí, ahora habla de nosotros Ana Blanco con tanta frecuencia que tal vez se anime a venir a veranear aquí aunque solo sea para ver qué hay en ese rincón del que se ve obligada a leer en el pronter durante un minuto y medio semana tras semana. Yo creo que a Ana Blanco le da igual dónde veranear porque si ella quiere, nadie le dará la lata por la calle. Con tal de que se peine sin flequillo, ya nadie la reconocerá y podrá disfrutar del anonimato con la pasmosa tranquilidad de la que disfruta, por ejemplo, Javier García de Paredes en Ribadeo. Al exbanquero ya no se le ve tanto en esta localidad como cuando estaba al orden del día lo de las preferentes, pero las últimas noticias llegadas de los juzgados no auguran nada bueno para él. Parece que ni todo ese dinero que dijo que iba a devolver, pero con la boca pequeña, porque al final de devolverlo nada, le va a librar de las borrascas.

Otro que se queja amargamente del tiempo es José Miguel Estevan. Para quien no lo sepa, este es el hombre de Costas en la comarca. Sí, el que nos hizo tantos paseos marítimos. Últimamente, cada vez que cualquiera de nuestros políticos le pedía algo, el hombre lucía una sonrisa sarcástica y alegaba que no tenía un duro, prácticamente ni para reparaciones. Ahora, tendrá que sacarlo de alguna parte, porque el mar se empeña en destrozarle el trabajo de los últimos veinte años. Eso sí, no hay noticias de que esa pasarela tan bonita que une As Catedrais con Arealonga, en Barreiros, haya sufrido daños. Los paseos marítimos admiten comentarios hasta filosóficos, del tipo de hasta qué punto debe intervenir la mano del hombre en el paisaje. O de si realmente necesitamos llegar absolutamente a todas partes mediante una rampa con un porcentaje de inclinación tolerable y para qué.

Con lo del camión articulado que volcó en el puente de los Santos el otro día, en A Mariña somos muchos los que nos preguntamos cuánto tardará en pasar algo parecido en el tramo de la A-8 que acaban de abrir. Y algunos nos preguntamos, incluso, cómo es que no ha ocurrido ya. Porque para quien no pasase todavía por allí, decir que a pesar de que tampoco está realmente tan alto, lo cierto es que cuando pasas por la zona comprendes perfectamente por qué está lleno de aerogeneradores. Las ventoleras que se forman allí arriba van a traer más de un disgusto, y si no el tiempo. Pero el del reloj, no el climatológico.

A propósito de ese tramo de la A-8, esta semana hubo una pequeña tormenta en ese vaso de agua que es Facebook con motivo de una información de este periódico en la que se explicaban las implicaciones de la apertura de la autovía y se indicaba que limitaba el aislamiento de la comarca. Mucha gente se enfadaba aludiendo que en realidad se acentúa ese aislamiento, al menos en lo que a la parte central y occidental se refiere. Lo que no llegué a comprender es cuál es exactamente la culpa que tiene El Progreso de que Manuel Fraga decidiera que la autovía del Cantábrico abandonase eso, el Cantábrico, en Barreiros, para enfilarse con precisión de cirujano hacia ¡qué casualidad! Villalba. De modo que lo que tenía que ser un ramal de la A-8 se convirtió en la A-8 en sí misma y ahora todo lo que va de Foz hacia el oeste, hasta llegar a Ferrol, mantiene unas comunicaciones del siglo XIX, porque mencionamos aquí al lado cómo está la carretera de la costa pero sin granjearnos más enemigos de los estrictamente necesarios. Y lo del tren, vamos a dejarlo correr. A los que ahora se echan las manos a la cabeza por de la A-8 solo se les puede decir una cosa: tarde piache.

EL GUSTO ♦ Un vertido que deja de contaminar la ría de Ribadeo

PORTOS de Galicia, que preside José Juan Durán, comunicó que su departamento cerrará un vertido que es prácticamente histórico en la localidad ribadense, uno que se realiza en la zona del Náutico y que por fin va a desaparecer. Para ser una zona con un buen número de reconocimientos ecológicos del tipo más variado, el estuario del Eo no está especialmente bien tratado y tiene enormes lagunas en este aspecto. Además, se ve sometido a unas polémicas interautonómicas a veces absurdas, como la del águila pescadora Panchita, que desde luego no benefician a nadie y hasta son algo ridículas.

EL DISGUSTO ♦ Por favor, que alguien haga algo con la Nacional 642

SI ES cierto que las subdelegaciones del Gobierno tienen hilo directo con el Gobierno, pediríamos humildemente desde estas líneas a Ramón Carballo, en nombre de todos los usuarios de la carretera de la costa, la N-642, un poquito de alquitrán y una apisonadora, porque un día un coche (hasta puede que el mío) va a quedar encallado en una de las trincheras en que se están convirtiendo los baches de este vial. Sabemos que con mal tiempo no conviene hacer obras, pero su situación empieza a bordear lo tolerable. Salvo un día el BNG, a nadie parece preocuparle esto demasiado.

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