El Papa Francisco autorizó este viernes la promulgación de decretos relativos a los procesos de beatificación o canonización de varias personas, entre las que se encuentra el fundador de la Adoración Nocturna Española (ANE), el siervo de Dios Luis de Trelles y Noguerol, nacido en Viveiro, que, en cuanto se publique el decreto, será considerado "venerable". Según el boletín de información del Vaticano, el Pontífice reconoce las "virtudes heroicas" de Trelles.
Nacido en Viveiro (Lugo) el 20 de agosto de 1819, Trelles murió en Zamora en 1891, cuando visitaba la sección de la Adoración Nocturna en la diócesis. En 1991 sus restos se trasladaron a la catedral, donde reposan en la nave sur. En 1994 se inició el proceso diocesano de beatificación, que ahora da un paso importante con la aprobación del decreto por parte del Papa.
Manuel Hernández Malmierca, presidente de la Sección de la Adoración Nocturna en Zamora y nombrado recientemente patrono de la Fundación Luis de Trelles representando a Zamora, señaló que "es una noticia muy importante para la ciudad", según informa Europa Press.
Luis de Trelles y Noguerol inició la carrera de Leyes en la Universidad de Santiago a los 14 años; a los 19 fue nombrado profesor de Derecho Civil. Después vivió en A Coruña, donde ejerció de abogado de pobres (precedente del actual turno de oficio). En 1852 se traslada a Madrid, donde desarrolla carrera política.
Pero fue en su Viveiro natal donde fundó, en 1858, junto a otras personas, las Conferencias de San Vicente de Paúl. Más tarde, en 1862, con motivo de un viaje a París, conoció la Adoración Nocturna, fundada en dicha ciudad por Hermann Cohen. En 1877, tras recibir la aprobación pontificia, Trelles funda la ANE.
Como informa Efe, el camino hacia la santidad tiene varias etapas: la primera es venerable siervo de Dios, la segunda beato y la tercera santo. Venerable Siervo de Dios es el título que se da a una persona muerta a la que se reconoce haber vivido las virtudes de manera heroica.
Para que un venerable sea beatificado es necesario que se haya producido un milagro debido a su intercesión y para que sea canonizado (santo) es necesario un segundo milagro, obrado después de ser proclamado beato.
