El urogallo se extinguió con el cambio de siglo en Os Ancares y, según los expertos, es muy difícil que se pueda recuperar a corto plazo porque las causas de su extinción persisten y porque poco se está haciendo para evitarlas.
el canto del urogallo era hasta finales del siglo XX una melodía restringida en Galicia a Os Ancares. Por este concierto, tan exclusivo como espectacular, cualquier biólogo o amante de la naturaleza pagaría una buena entrada, pero la taquilla se ha cerrado hace años, con la muerte del último cantor, y no hay ninguna previsión de que vuelva a abrirse.
La sierra de Os Ancares está considerada zona de especial protección para las aves (Zepa) e integrada dentro de un lugar de interés comunitario (LIC) dentro de la Red Natura. La calidad de sus bosques, con especies indispensables para el asentamiento de urogallos -como acebos y monte bajo de brezos, retamas, piornos o arándanos-, propiciaron que estas montañas se convirtieran en el refugio por excelencia de la especie en Galicia.
PRIMEROS PASOS. El oso pardo se abre camino en las montañas
- El oso pardo parece haber vuelto a las montañas de Lugo. En las comarcas de A Fonsagrada, Os Ancares y O Courel los han visto recientemente y, aunque no puede hablarse de recuperación de la especie, sí se están dando los primeros pasos y todo apunta a que hay algún núcleo reproductor asentado en la provincia.
CURIOSIDADES. El espectacular cortejo del urogallo lo hace vulnerable
- El urogallo necesita unas condiciones de tranquilidad extremas para vivir y reproducirse. La época de apareamiento se produce en la primavera y la peculiaridad y aparatosidad del cortejo deja a estas aves en una situación de extrema vulnerabilidad, tanto ante depredadores animales como ante cazadores humanos.
El estudioso de os Ancares Jorge de Vivero considera que la recuperación del urogallo en las montañas de Lugo es muy difícil porque persisten las causas que provocaron su extinción.
No hubo un único motivo, sino múltiples circunstancias, todas marcadas por la acción del hombre, «que se sumaron para facerlle a vida imposible á pita de monte e contribuíron á súa desaparición».
