El último grito de la costa del silencio

El Minibar, lleno el día de un concierto. Foto: <a href='http://www.elfarero.com/'>ELFARERO</a>
photo_camera El Minibar, lleno el día de un concierto. Foto: <a href='http://www.elfarero.com/'>ELFARERO</a>

A pesar de que el litoral lucense cuenta en la actualidad con una de las mejores generaciones de músicos 'amateurs' que se recuerdan, son apenas tres locales los que poseen una oferta regular de música en directo en su programa de actividades.

auguraba el título de uno de los himnos de la mítica banda Barón Rojo, sin que Sherpa ni Carolina Cortés pudieran saberlo mientras sustraían a las musas del averno esta obra de arte, el futuro de decenas y decenas de músicos de A Mariña. Porque sí, los rockeros de la cornisa cantábrica lucense han de ir al infierno, y no precisamente por autopista, aunque sus motivos poco tienen que ver con la impureza de sus almas ni con los pecados cometidos en una vida extrema y dura. Han de ir al infierno -y quién sabe si más lejos- si quieren ‘josar’ haciendo lo que más les gusta, básicamente porque en su tierra no pueden. Algunos visten el problema de crisis, otros de falta de educación y hay también quien marca en la etiqueta de su prenda la severidad de la lesgislación, pero lo realmente cierto y seguro es que, en la actualidad, la costa de Lugo apenas dispone de locales que ofrezcan la opción de escuchar música en vivo como alternativa viable para pasar la tarde o la noche.

¿Por qué? Cualquier Rodríguez dirá que el problema no importa y si la solución, pero cuando aquellos románticos que todavía apuestan por ello narran las dificultades que tienen para sacar su negocio adelante, es complicado encontrar esa salida válida e irreal que pueda satisfacer a todas las partes.

Uno de estos mecenas es Ángel Fernández, regidor del pub Nordeste de San Cibrao. Fernández lleva dos años al frente de este oasis del directo y, a pesar de que el local ya había sido ideado con ese fin desde el principio, fue él quien lo llevó de manera definitiva a ser un fijo en las agendas culturales gallegas. Una tarea muy difícil de mantener, pero casi imposible de comenzar.

Contrastando con la situación general de A Mariña, Ribadeo puede presumir de gozar de mejor salud que sus vecinos occidentales, ya que con la reapertura del Rockuncho, garantizará -al menos temporalmente- la ración eléctrica necesaria para la supervivencia de los nietos del rock & roll. En una amable y sana competición con Lolo por alcanzar el primer puesto en la clasificación de ‘míticos’ de la noche ribadense, ‘Xanpol’ y su Minibar son el último de los reductos en los que un traste mal apoyado es siempre más aplaudido que el próximo superventas de turno.

A pesar de no contar con una oferta de regular de actuaciones, o de presentar conciertos solamente en fechas o festivales determinados, sería injusto decir que solo existen tres locales dedicados a la música en directo en las tres comarcas costeras. El Atrezzo, en Burela, el Fraggle Rock en Foz o La Dékada en Viveiro aportan su más que meritorio granito de arena para que los esfuerzos de las generaciones anteriores no se queden en vacío.

CULTURA
Las salas también apuestan por el arte y el teatro

Las actuaciones musicales no son las únicas muestras de apoyo a la cultura y al talento creativo de los dueños de estos locales, sino que se organizan también monólogos, obras de teatro, exposiciones y otras muestras.

14 de diciembre

El Pub Nordeste celebró el segundo aniversario de su reapertura en esta fecha, con una serie de conciertos programados para ese día. La actuación estelar de esa noche fue la de Riff Raff, una banda tributo a AC/DC y una de las mejores del panorama nacional en su género. El Nordeste contó además con la actuación de los Cu Fighters y otras muchas sorpresas para los que acudieron ese día.

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