El trabajo en las entrañas de la tierra

 El día a día de los mineros de Rubián (Bóveda) transcurre a 240 metros de profundidad, entre maquinaria pesada, pequeñas linternas y galerías excavadas en la roca, un ámbito laboral donde la seguridad debe extremarse para evitar los derrumbes.

EL TRABAJO en la mina siempre ha sido asociado al peligro y más si hay incidentes recientes como el ocurrido el pasado mes de agosto en una explotación minera en Chile, en donde todavía permanecen atrapados 33 trabajadores. Si bien es cierto que la labor minera sigue entrañando ciertos riesgos, también lo es que no todas las explotaciones mineras presentan las mismas características en cuanto a riesgos y estructura. Además, las posibilidades de que el trabajo diario termine en un susto se pueden reducir considerablemente con un estricto protocolo de seguridad.

En la mina Magnesitas de Rubían, situada en Vila de Mouros (O Incio), la única de la provincia bajo tierra, conocen bien las vicisitudes de este trabajo. El director técnico de la explotación, Pedro Rodríguez, asegura que la suya es «del mismo tipo que la de Chile», aunque en la lucense nunca han ocurrido incidentes importantes.

«Nosotros trabajamos a 240 metros de profundidad como máximo, en Chile están a 700», explica Pedro Rodríguez, «a esa distancia de la superficie la presión de la estructura aumenta enormemente, es una suerte que sigan con vida ahí abajo».

La mina de Rubián ha sido explotada desde los años sesenta y su andadura comenzó a cielo abierto, en una montaña próxima al pueblo de Castelo. Bajo la villa comenzaron a penetrar, desde el año 86, las galerías subterráneas, ya que los recursos de calidad del montículo al aire libre comenzaban a ser escasos.

José Luis López, director facultativo de la mina, lleva 28 años perforando en su interior y asegura que desde entonces no se ha producido «ni un solo accidente», aunque sí algún pequeño derrumbe «que queda sólo en un susto», añade. Las medidas de seguridad y las características de este mineral han posibilitado que Magnesitas de Rubián sea una de las minas más seguras y modernas de la península.

ESTRUCTURA. «La magnesita es un mineral muy resistente», explica de nuevo Pedro Rodríguez, «y el interior de esta montaña es todo de ese mineral, no está mezclado con ningún otro tipo de rocas, lo que falicita mucho el trabajo, no es necesaria la selección antes de enviarlo a fábrica».

Además la solidez de esas rocas les permite cavar varios kilómetros de galerías de hasta cinco metros, por las que pueden circular vehículos, camiones y maquinaria pesada. «No es necesario reforzar excesivamente las estructuras, tan sólo los techos con apuntalamientos», comenta Pedro, «éstos funcionan como los palillos en una milhoja, si clavas varios es más difícil que se deshaga en capas, lo mismo hacemos para asegurar los techos de la roca».

En aquellas galerías que todavía están en construcción cuentan con maquinaria específica, como una pala de pequeña altura que sólo se utiliza en minería, para introducirse en las galerías más estrechas e ir abriendo camino.

Las cuatro cámaras subterráneas de almacenamiento alcanzan una altura de entre 12 y 14 metros, por lo que tienen gran capacidad y a ellas pueden acceder fácilmente los camiones para trasladar las rocas directamente desde túnel a la fábrica.

CONDICIONES DE TRABAJO. «En esta mina tenemos horario de funcionarios», ríe José Luis, «trabajamos de 7.00 a 14.00 horas y casi todo se deja hecho de la mañana: para la tarde suele quedar alguna tarea pequeña».

La amplitud de las galerías de la mina es un factor determinante para la comodidad de los trabajadores. «Pueden entrar en vehículos hasta una profundidad considerable», comenta José Luis, «muchos entran en su propio vehículo y pueden salir a por agua o un bocadillo si les apetece».

La temperatura ambiente y la altura de los techos también repercute en los trabajadores tras varias horas de trabajo continuado en el interior de la mina, otro de los puntos favorables de la explotación de Rubián. «Al ser tan amplias las galerías y cámaras, se reduce mucho la sensación de encierro», comenta Pedro, «aunque en realidad estés a más de 200 metros bajo tierra tienes sobre tu cabeza varios metros de altura y también al ancho».

Otro de los temas más preocupantes en el interior de la mina es la emisión de gases aunque, de nuevo, éstos no se presentan en todas las explotaciones ya que dependen del tipo de mineral que haya en ellas. Por suerte, la magnesita es uno de los materiales que no produce gases tóxicos, al contrario que el carbón, cuyas explotaciones son de las más peligrosas por este motivo.

El sistema de ventilación se hace más sencillo por ello, «simplemente introducimos aire frío desde las galerías inferiores; esto remueve el aire del interior y arrastra fuera todo el polvo que produce el trabajo con la roca», comenta Pedro. «Por ejemplo, la taladradora funciona eléctricamente, porque trabaja en los sitios más estrechos y con menor ventilación», añade.

Uno de los factores más importantes es el de la presión atmosférica. Dentro de la mina, aún en las zonas más profundas, la presión es exactamente la misma que en el exterior. «Las galerías penetran en la tierra pero también baja la curva de la montaña, por lo que no aumenta prácticamente el agobio», comenta Pedro, «también ayuda mucho la temperatura, que es siempre de 14 grados, caliente en invierno y fresca en verano». Eso sí, el casco, las botas y la linterna son parte de la indumentaria necesariamente obligatoria para acceder a la explotación subterránea.

A pesar de las características de la mina de Rubián, el trabajo bajo tierra sigue entrañando ciertos riesgos.

«Cuando hacemos las voladuras siempre desalojamos al completo la mina», asegura Pedro, «es muy peligroso porque toda la estructura sufre la expansión del impacto de la dinamita. Aunque tengamos suerte en ciertos aspectos, no por ello debemos descuidar ni un sólo minuto la seguridad de los trabajadores».

Proceso de producción

Explosivo Perforación y voladura

Una máquina se encarga de realizar pequeñas perforaciones en la roca. En ellas se introduce el explosivo para volar la pared rocosa. A su lado se realizan otros huecos de mayor tamaño para que el explosivo comience a fragmentar el mineral por esa zona, más débil gracias a los amplios agujeros.

Pedro Rodríguez Director técnico

Desalojamos la mina cuando se realizan voladuras con explosivo, extremamos la seguridad»

Este mineral es muy resistente y permite crear espacios que reducen la sensación de encierro»

Galerías Transporte

Una vez fragmentada la pared, una pala especial carga las rocas y las traslada por las galerías hasta llegar a una cámara de almacenamiento.

Cámaras Almacenamiento

El mineral se almacena en una de las cuatro cámaras de la explotación minera. En ellas, una pala separa las rocas según su tamaño y las carga en un camión. Las que son excesivamente grandes se someten de nuevo a un proceso de fragmentación, que los trabajadores realizan en la propia cámara.

Salida Hacia la fábrica

El camión, cargado de mineral, recorre de nuevo las galerías hacia el exterior de la mina. Le espera un corto recorrido hasta la fábrica, en donde descargará el material directamente en un molino para reducir su tamaño a gravilla.

José Luis López Director facultativo de la mina

En 28 años sólo ha habido pequeños derrumbamientos, que se han quedado en un susto»

Reducimos la emisión de gases en zonas con poca ventilación utilizando máquinas eléctricas»

Hornos 900 grados

A continuación, el mineral molido pasa por dos hornos para eliminar el CO2 y, así, ser consumible.

Las cifras

Una de las mejores explotaciones de todo el mundo

La explotación minera de Rubián está considerada una de las mejores del mundo, tanto por su volumen de reservas como por la calidad de éstas. Sus responsables aseguran que «todo lo que se saca de ella es aprovechable».

70.000 toneladas

Es la cantidad de magnesita que produce anualmente esta mina, un mineral escaso a nivel mundial. En Europa tan sólo hay diez explotaciones de este tipo, una de ellas en la península ibérica además de la de Rubián, aunque en ella se trabaja a cielo abierto.

14 personas

Trabajan diariamente en el interior de la explotación. Los mineros realizan las tareas por parejas, para una mejor organización y seguridad.

240 metros

Es la profundidad que alcanzan, por el momento, las galerías de la explotación de magnesita, que va aumentando según las necesidades de mineral de la fábrica.

Usos

Magnesita cáustica para el consumo animal y vegetal

El propio mineral y el tratamiento que recibe en la fábrica hacen que tenga gran biodisponibilidad, es decir, que puede ser consumido por seres vivos sin ningún riesgo para la salud o el medioambiente. Un estudio de la universidad de Alimentación Animal de Glasgow, en Reino Unido, demostró en 1987 que la magnesita de esta mina poseía la biodisponibilidad más alta del mercado mundial.

La magnesita cáustica que sale de la fábrica de Rubián es utilizada, según su calidad, para distintos ámbitos. La mejor se destina a piensos para ganado y fertilizantes, aunque también se utiliza en el tratamiento de aguas residuales y en industrias de papel, pasta y refinado de azúcar.

10 países

En ellos comercializa su producto la explotación minera de Rubián. Además de venderlo en España, la fábrica de O Incio exporta mineral a Reino Unido, Escandinavia, Irlanda, Suiza, Francia, Portugal, Países Bajos, Alemania y Polonia.

Química Comprobaciones finales

Una vez se enfría el material, se almacena en un depósito. El equipo de químicos de la explotación minera se encarga de realizar las pruebas pertinentes para comprobar la calidad del producto final, que se presenta en distintos tamaños de grano, adecuándolos a diferentes usos.

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