El Suzuki Ignis empatiza con su conductor

La nueva generación del Suzuki Ignis se beneficia de toda la tradición de la marca nipona en el mercado de los pequeño todocamino y se presenta como un complemento ideal a la oferta de los actuales Vitara, Jimny y S-Cross.

Este SUV se presenta como un vehículo utilitario, que se desenvuelve con soltura en ciudad, gracias a una carrocería de 3,7 metros de largo. Pero a pesar de esas contenidas dimensiones, este modelo destaca por su gran funcionalidad, debido a una carrocería de cinco puertas y un habitáculo más que suficiente como para que cinco personas puedan viajar cómodamente y sin renunciar a un maletero que se sitúa entre los mejores de su categoría, con una capacidad que varía entre los 260 y 373 litros, gracias a la posibilidad de desplazar longitudinalmente la banqueta de los asientos traseros.

Mecánicamente, el Ignis está disponible con un motor gasolina de 1.2 litros de 90 caballos y 120 Nm de par, que se muestra bastante voluntarioso e incluso divertido de utilizar, mientras que su consumo medio resulta bastante contenido, en torno a los 5 litros cada 100 kilómetros. Esta mecánica está asociada a un cambio manual, aunque también se ofrece, como opción otra variante automática, con un sobrecoste de 800 euros.Suzuki Ignis


Sobre este mismo propulsor también se ofrece una versión semihíbrida, denominada SHVS, que aporta en torno a cuatro caballos adicionales, gracias a un motor eléctrico que, aunque en ningún momento funciona en solitario, apoya al de combustión en determinados momentos como, por ejemplo, al arrancar.

Este sistema supone otro sobrecoste de 800 euros y se estima que reduce el consumo medio en unos 0,2 litros cada 100 kilómetros, por lo que habrá que echar muchas cuentas para ver si realmente el sistema se puede llegar a rentabilizar. Además, esta versión semihíbrida se ofrece únicamente con tracción delantera, mientras que el motor gasolina convencional en combinación con el cambio manual puede estar también disponible con tracción integral.

Desenfadado. El Suzuki Ignis hace gala de una estética desenfadada y empática. La parte trasera es quizás la que más controversia levanta, aunque se mire por donde se mire, el Ignis se ve como un conjunto bien resuelto y con un cierto atractivo, sobre todo, en las versiones con carrocería bicolor.

En este sentido, la marca nipona ofrece hasta 14 colores de carrocería y nueve combinaciones bitono. Todo ellos, junto con las diferentes posibilidades de personalización hace que difícilmente se puedan ver dos Ignis totalmente iguales.

El interior está bien resuelto tanto a nivel de acabados como de equipamiento. Llaman la atención detalles como la pantalla táctil que preside la consola central y que aporta un toque tecnológico inusual en el segmento en el que se mueve el Ignis.

Con todos estos argumentos a su favor, el Ignis tiene todos los ingredientes para triunfar en el mercado. Su equipamiento incluye elementos como el control predictivo de frenada, la alerta de cambio de carril, la alerta antifatiga, sistemas de conectividad para sistemas Ios y Android o cámara de visión trasera.

Los precios también son muy competitivos, ya que con descuentos aplicados, que pueden llegar hasta los 3.000 euros, varían entre los 11.200 y los 14.450 euros.

Comportamiento. Si en una primera impresión, el Ignis agrada por su estilo, la verdadera sorpresa sucede cuando el vehículo se pone en marcha. Sobre el asfalto salen a relucir las virtudes de un chasis muy dinámico y ágil, mientras que la altura de la carrocería permite adentrarse en caminos sin asfaltar, con una cierta tranquilidad a la hora de superar los posibles obstáculos.

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