El Spórting de Lisboa vence al Nacional en la final de consolación

El Sporting de Lisboa, sin acierto en las jugadas elaboradas, recurrió al balón parado para superar (2-0) en la final de consolación del Trofeo Teresa Herrera al Nacional de Montevideo, que no tampoco supo culminar sus acercamientos al área contraria.

Los portugueses se adelantaron de penalti y marcaron el segundo de falta, ambos en la segunda mitad, en la que el conjunto uruguayo decayó y completó el trofeo sin goles.

Después de haber caído en semifinales ante el Sporting de Gijón (2-0), el Sporting de Lisboa, con Slimani en punta y Carrillo de extremo derecho, salió al ataque y a los cinco minutos ya dispuso de la primera ocasión clara en un saque de esquina que cabeceó Mauricio Nascimento y obligó al exdeportivista Gustavo Munúa a lucir reflejos para despejar el esférico.

Nacional, que había sufrido una derrota aún más abultada ante el anfitrión del torneo, el Deportivo (3-0), buscó el contragolpe, pero Mascia, demasiado lento, perdió la oportunidad de plantarse ante Rui Patricio.

En los lisboetas, Carrillo explotó su velocidad y dejó buena muestra de sus cualidades técnicas en una jugada en la que se libró de todos cuantos le salieron al paso y asistió desde la línea de fondo a Slimani, pero la defensa de Nacional, con Munúa superado, logró impedir que el delantero del Sporting rematara.

El atacante del cuadro luso volvió a aparecer inmediatamente, esta vez con un centro al área que se tragó el portero de Nacional y desperdició Ramos, incapaz de culminar la acción.

El equipo de Marco Silva dejó patente, como en el primer partido, sus problemas para ver portería a pesar de que buscó el gol nuevamente con un remate de cabeza de Slimani y un disparo seco de Ramos que puso en apuros a Munúa.

Nacional quiso la pelota, pero apenas inquietaba a su rival y solo Sebas Fernández, ex del Rayo Vallecano, asustó a Rui Patricio con un disparo con rosca que se marchó a unos centímetros del poste izquierdo.

El conjunto de Álvaro Gutiérrez insistió en los últimos minutos de la primera parte, en los que no tuvo puntería, como los portugueses, en una falta que cabeceó fuera Giménez.

En la reanudación, los lisboetas, que cambiaron de portero, se encontraron a los tres minutos con un penalti que les regaló Aja al desplazar a Ramos casi en la raya del área y que transformó Adrien Silva a la izquierda de Munúa, quien intuyó el lanzamiento pero no pudo detenerlo.

El gol dejó aturdido al conjunto uruguayo, que tardó un par de minutos en encajar el segundo, una falta a más de 25 metros de la portería que ejecutó por encima de la barrera Jefferson Nascimento y que fue inalcanzable para el guardameta.

Con el partido resuelto, una tangana entre los jugadores de ambos equipos por un balonazo en el medio del campo, a falta de quince minutos, fue lo más reseñable de la recta final del amistoso, en la que el Sporting pudo aumentar la cuenta.

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