«É un traballo e hai que facelo». Así de rotundo se muestra Luis González, una de las dos personas admitidas finalmente en la bolsa de empleo creada por el Concello de Ribadeo para el trabajo de peón sepulturero, y el encargado en la actualidad de realizar las labores que durante más de veinticinco años ha llevado a cabo Gonzalo García Marcos, titular del trabajo, que se encuentra de baja en estos momentos.
Porque es cierto que hay trabajos más y menos costosos y otros en los que la vocación puede ser el factor diferencial entre el mejor empleo del mundo y una auténtica tortura, pero de buenas a primeras, el de sepulturero es uno de esos, cuanto menos, curioso, y que muchos no querrían para sí no ya por su mayor o menor dificultad, sino porque toca un terreno un tanto especial.
