Los tres accidentes marítimos en los dos últimos meses en el noroeste español que dejaron 18 muertos han sumido al sector pesquero en un profundo pesar. Son noticias que impactan y afectan, aunque toquen de lejos, como es el caso de los armadores, marineros y patrones de A Mariña lucense. Muchos intentan encontrar una explicación a los accidentes. La coincidencia y una concatenación de hechos son las armas más utilizadas por los hombres del mar para explicar tanta desgracia en tan poco tiempo.
El 10 de marzo, con buenas condiciones meteorológicas y en una zona cercana a la costa, naufragó el Santa Ana en el Occidente asturiano, cerca de Cabo Peñas. Ocho personas murieron. El 1 de abril, el arrastrero Mar de Marín impactó contra el carguero Baltic Breeze entre la isla sur de Cíes y el faro de Monteferro. Cinco de sus tripulantes perdieron la vida. El 17 de abril, Jueves Santo, el Mar Nosso volcó, con el mar en ‘calma chicha’, y se quedó con la quilla al sol a 20 millas de la costa entre Luarca y Navia. A cinco de sus marineros se los tragó el mar.
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