El San Froilán despega con las barracas, el pulpo y la Noche Abierta

El Castillo del Terror cambia de nombre y ubicación y faltarán, otra edición más, algunas de las más populares hace años como la noria, la montaña rusa y las lanchas de los rápidos

Todavía no empezaron las fiestas pero a algunos lucenses ya los asaltaba este jueves la curiosidad y bajaron hasta las Cuestas del Parque para comprobar qué novedades trae el San Froilán de este año, que echa a andar con la apertura del ferial, del pulpo y la celebración de la Noche Abierta.

Atentos a lo que viene estaban este jueves, entre otros, un padre y su hijo. El chaval, adolescente, le comentaba al padre que este año, de nuevo, no vendría la noria que él recordaba de niño, ni tampoco la montaña rusa, ni las lanchas de los rápidos. Por otra parte, el Castillo del Terror, que siempre se situaba al lado del Grand Prix, no estaba en su sitio. "Hay otra barraca, también de terror o algo así, ahí abajo, que pone Experimento Reanimator", aclaraba, en relación al bancal más próximo al Pabellón de los Deportes.

El hueco del Castillo del Terror, al lado del Grand Prix y justo antes del pulpo, lo ocupa este año la primera caseta del pulpo, la de Aurora do Carballiño que, como las otras tres, apuraban este jueves los preparativos para abrir ya este viernes.

Sí, se podían ver, en cambio, otras atracciones ya tradicionales en San Froilán como el Ratón Vacilón, el Cyclone, el Saltamontes, el Volador Gigante, las camas elásticas, la pesca de patos con el aviso de que "Siempre toca", los Bufalitos, el tren Popof, los caballitos, los coches eléctricos, el minikarting de las motos, el bingo, las tómbolas y, cómo no, el veteranos puesto del vino de Aragón.

Los pequeños puestos de comidas como almendras garrapiñadas, palomitas, hamburguesas, bocaterías, perritos calientes y castañas -además del pulpo y el churrasco- seguirán estando en el ferial donde este año, además, habrá varias máquinas expendedoras de bebidas frías.

Sin olvidarse tampoco de las churrerías. Este año habrá dos que estarán, como siempre, al inicio de la avenida de los tilos. Este jueves mismo, una madre le prometía a su hijo, de unos 4 años, al pasar enfrente de estos puestos: "O domingo que vén, non este, colleremos uns churros". A lo que el pequeño, contestaba, saltando de alegría: "¡Viva, viva!".

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