Los músicos ribadenses se volvieron a reunir, por primera vez en muchos años, en un concierto benéfico que tuvo por escenario el Mini Bar. Los beneficios de las actuaciones se destinaron a las familias que más lo precisan en el municipio.
Por si aún hay alguien que duda de la implicación de la gente joven en lo que acontece a su alrededor o por si hay quien sigue sin romper con el estereotipo del rockero como una persona solitaria, Ribadeo muestra al resto del mundo que nada del dicho se corresponde con la realidad. Lejos de aislarse, los músicos ribadenses, muchos de ellos jóvenes y aficionados al rock, dieron ejemplo a la ciudadanía y, en medio de la crisis económica, se reunieron, por primera vez en muchos años, por una buena causa: ofrecer un concierto para ayudar a los vecinos que más lo precisan.
«La crisis del sistema anuncia tiempos duros y por eso llegó el momento de dar un paso al frente. No hablamos de beneficencia o maleficencia, pues no somos, ni más malos, ni más buenos que nadie. No nos mueve la lástima, ni el paternalismo. Hablamos de solidaridad porque queremos profundizar en las causas de las injusticias, haciéndonos corresponsables de la situación y lo vamos a hacer con actitud crítica y haciendo ¡rock and roll!». Así lo expresó Víctor Villar, miembro de una organización no gubernamental (ONG) ribadense que colaboró con el proyecto, haciéndose eco del manifiesto escrito por sus promotores.
