El Ribadeo Indiano se despide con un ojo en Rinlo y A Devesa

Visitas, música y teatro cerraron una fiesta que va a más ►La repercusión en la economía local fue de gran importancia
Varios participantes en la comida del Círculo Habanero de A Devesa
photo_camera Varios participantes en la comida del Círculo Habanero de A Devesa

La cuarta edición del Ribadeo Indiano demostró el tiron que tiene esta fiesta, incluso llevándola a otros puntos del municipio, ya que el protagonismo de la jornada del domingo recayó de forma especial en la parroquia de A Devesa y, en menor medida, en la de Rinlo, si bien se desarrollaron actos en la villa ribadense durante buena parte de la mañana.

Aún así, la jornada estuvo protagonizada por las muestras del legado indiano tanto de Rinlo como de A Devesa. Se hicieron visitas guiadas comentadas por un personaje que encarnaba a la figura del poeta gauchesco José María Alonso y Trelles, El Viejo Pancho, poeta nacional de Uruguay pero nacido en el barrio ribadense de Os Garitos y ejemplo clásico precisamente de un indiano.

El Círculo Habanero de A Devesa acogió por primera vez una comida en la que participaron dos centenares de personas


El edificio del Círculo Habanero de A Devesa, construido en su momento con fondos enviados por vecinos de dicha parroquia emigrados a la capital cubana, acogió muchas de las actividades del día, como una de las propias visitas guiadas, pero también una representación teatral del grupo Pico do Castro de Foz, con su obra De vello gaiteiro o una comida comunitaria en la que participaron dos centenares de personas. También tuvo lugar una actuación musical del innovador Coro da Mariña y, ya a las nueve y media de la noche, estaba prevista la actuación del grupo Son de Camagüey, uno de los platos fuertes del programa de este año desde el punto de vista musical.


Pero al margen de las pautas que iba marcando el programa de actividades, queda en el aire la enorme repercusión de una fiesta que tanto en la mañana como en la tarde y noche del sábado aglutinó por la calle a miles de personas, entre las que, además, era muy complicado ver a alguien que no fuese vestido con alguna caracterización típica indiana.

Tal cantidad de gente, llegada de puntos tan alejados como A Coruña o Avilés, entre otros lugares, implica que la repercusión económica en la localidad es de gran trascendencia.

Aunque será difícil de cuantificar a todos los niveles, el más sencillo es el de la hostelería, colectivo que es uno de los grandes beneficiados de un fin de semana en el que tuvieron que emplearse a fondo para atender la demanda que se les presentaba.

Además, durante los tres últimos días, los restaurantes ofrecían menús y diferentes platos especialmente representativos de la comida de países de Suramérica o el Caribe.

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