El reuma

Carlos G. Porrúa

«SOY MUY REUMÁTICO», «esta niebla me invade de reuma» y «estoy atacada de reuma» son expresiones comunes en nuestras conversaciones del día a día. Muchas de estas personas, cuando acuden al médico y este les pregunta por el motivo de la consulta suelen contestar: «Tengo reuma».

La palabra reuma o reúma viene del latín rheuma y esta del griego refma que significaba derrame o flujo. La salud vendría reflejada por el equilibrio entre cuatro líquidos corporales y el derramamiento o flujo de uno de ellos, constituiría el reuma. ¿Y con que enfermedad se relaciona este derramamiento o flujo de humores? Parece que la respuesta es la gota, que debió ser el reuma por excelencia, y posteriormente se fue ampliando el concepto de reuma a todo aquello que producía dolor e inflamación hasta dejar prácticamente fuera de esta denominación a la gota que le dio origen. De hecho, exceptuados los últimos 150 años, estas dos palabras han sido siempre sinónimas.

Sin embargo, en la medicina actual no hay ninguna enfermedad o dolencia del aparato locomotor que reciba el nombre de reuma. Popularmente agrupamos bajo el nombre de reuma o reumatismo a todo el conjunto de dolencias o molestias relacionadas con el aparato locomotor.

Entonces, si el reuma no existe, ¿qué tiene nuestro familiar, amigo o conocido que se queja de dolor en el cuello, la espalda o la rodilla? Posiblemente algún tipo de trastorno del aparato locomotor, algún tipo de enfermedad reumática, cuyo diagnóstico debe establecerse. Existe más de un centenar de enfermedades diferentes del aparato locomotor. La reumatología es la especialidad que se ocupa de las enfermedades del aparato locomotor.

Comprender que el reuma no es una enfermedad concreta ni un diagnóstico correcto, nos obliga a averiguar el nombre concreto de la dolencia que padecemos.

Los huesos, las articulaciones, los músculos, los tendones y los ligamentos constituyen el aparato locomotor, también denominado sistema musculoesquelético.

Entre las causas más habituales de las enfermedades reumáticas se incluyen: a) el propio desgaste de las estructuras puede alterar el cartílago y desencadenar la artrosis; b) el depósito de cristales sobre las estructuras de nuestro sistema musculoesquelético: el ácido úrico y el calcio forman cristales microscópicos que al depositarse sobre las articulaciones las inflaman; c) las agresiones al sistema que se producen como consecuencia de esfuerzos físicos deportivos, laborales o domésticos: constituyen una causa muy frecuente de lesión de tendones y ligamentos y d) las infecciones.

También las enfermedades de otros órganos o sistemas pueden repercutir en el aparato locomotor y causar dolor, molestias u otro tipo de síntomas. Así sucede con algunas enfermedades de la sangre, la piel, las glándulas endocrinas,….

El 33% de la población consulta al médico por problemas osteomusculares y el 20% de la población consume antiinflamatorios. En este sentido, el 18% de los españoles mayores de 20 años padecen algún tipo de enfermedad reumática, siendo la artrosis la más frecuente. Además, las enfermedades reumáticas son las causantes del 40% al 50% de las incapacidades.

Por todas estas condiciones, la enfermedad reumática constituye un problema sanitario de gran magnitud, por su notable impacto social y económico.

El diagnóstico se basa en el interrogatorio y examen físico. En ocasiones la realización de pruebas de laboratorio, radiología y demás técnicas pueden ayudar a confirmar o descartar la sospecha clínica.

El reumatólogo, por su formación y experiencia, es el médico especialista más preparado para diagnosticar y tratar las enfermedades del aparato locomotor.

Muchas enfermedades reumáticas suelen tener un componente hereditario, el cual es muy variable según el tipo de enfermedad y la raza. No obstante, será preciso esperar algunos años y analizar los diferentes avances científicos, para saber con certeza qué importancia puede jugar la herencia en las distintas enfermedades reumáticas.

Una dieta sana y equilibrada, pobre en grasas y azúcares y rica en alimentos con calcio, el control de los hábitos tóxicos (alcohol y tabaco), una reducción del sobrepeso y hacer ejercicio de forma regular, nos va a ayudar a tener una mejor calidad de vida y una mejor salud de nuestros huesos.

El médico de cabecera, al igual que ocurre con determinadas enfermedades de otros aparatos y sistemas, puede diagnosticar y tratar con eficacia muchos de los problemas más comunes relacionados con el aparato locomotor. La mayoría de las veces será el mismo médico de cabecera quien nos recomiende acudir al reumatólogo cuando la situación así lo requiera.

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