El Resurrection Fest rompe su récord al reunir a 54.572 personas en esta edición

La cifra supone un salto sustancial con respecto al año pasado, ya que en esta décima edición hubo 14.511 asistentes más. La organización hace un balance muy positivo por la respuesta del público, el nivel de los conciertos y la ausencia de incidentes graves
Asistentes al Resu con sus pertenencias recogidas
photo_camera Asistentes al Resu con sus pertenencias recogidas

La edición más exitosa del Resurrection Fest ya es historia y toca hacer balance a los organizadores, que cifran en 54.572 las personas que asistieron al festival este año, una cifra de récord y que supone un incremento de 14.511 fans con respecto al 2014, cuando acudieron 40.061. «Estamos completamente satisfechos y solo podemos dar las gracias a toda esa gente que vino de 34 países», apuntaba el director, Iván Méndez.

La organización reconoce que el contar con «varios miles de personas más que el año pasado supone un salto importante», aunque ya se esperaban un número de asistentes más alto que ningún otro año en previsión tener «las bandas y el formato del festival más grandes», ya que esta décima edición duró cuatro días, con una primera jornada de puertas abiertas.

Aparte de por la asistencia de público, «en general este fue un buen año para el festival», asegura su director, quien recalca que no hubo incidentes importantes, «más allá de las cosas normales que pasan en un evento al que acuden tantos miles de personas. Tanto el balance por parte de las autoridades, como del Concello y de todas las partes implicadas fue muy positivo», señaló.

El director del festival también tiene palabras de agradecimiento para las bandas, que dieron actuaciones memorables. «El concierto más multitudinario fue el de Korn el sábado, seguido del de Motörhead, el viernes», indicó Iván Méndez, que hace un balance muy positivo tanto por los conciertos, como por las actividades paralelas en las que participaron algunos grupos. Incluso hubo «conciertos secretos» de bandas como Toundra, que «llegó de repente, sin anunciar, y se puso a tocar en la zona de acampada del Resucamp», cita.

Fueron inevitables, dijo por otro lado, algunos «cambios de logística repentinos» debido a que «algunas bandas perdieron sus aviones», lo que obligó a hacer modificaciones de última hora por los que pidieron comprensión. «En un festival en el que tocan 80 bandas es algo completamente normal que alguno de los 600 artistas que hay viajando pierda algún avión», dijo, aunque recalcó que «todos los grupos principales tocaron a la hora programada y en las que hubo cambios fueron en bandas de medio cartel».

En todo caso la organización toma nota de los aspectos a mejorar y lanzará una encuesta pública a todos los asistentes para que muestren su opinión. «Escucharemos las peticiones de todo el mundo y dentro de dos o tres semanas publicaremos cuales fueron las principales e intentaremos solucionarlas», avanzó.

En el recinto de Lavandeiras el pasado lunes los operarios trabajaban para desmontar las estructuras y los últimos acampados recogían sus petates para despedirse de Viveiro hasta el año que viene.

FAMOSOS. El Resurrection Fest se ha convertido en un evento musical de renombre y entre los miles de fans que vienen a ver a los grandes grupos hay también personas conocidas, como es el caso de la presentadora Pilar Rubio, que ya había acudido el año pasado y que en esta edición lució su embarazo en los conciertos del viernes. En el festival accedió a hacerse fotos con los concejales del PP Antonio Bouza y Belinda Bermúdez, además de con la alcaldesa, María Loureiro, y con el edil de su grupo Jesús Fernández. Además el jueves cenó en la pizzería Sixties de Covas, cuya propietaria, Maribel Casas, apuntó que «comió una pizza y una ensalada. También aprovechamos para sacar una foto, pero no la molestamos más».

Por Viveiro se vio también a los integrantes del grupo Sôber y a su cantante, Carlos Escobar, que comieron el jueves en el restaurante La Quinta. «Se mostraban muy simpáticos y cercanos», apuntó el dueño, Carlos Fernández. Añade que probaron pulpo a la brasa y bacalao y que después el local los invitó a unos chupitos y estuvieron de charla con ellos un buen rato.

GALIPIZZA PARA LEMMY. También se supo que la estrella de Motörhead, Lemmy Kilmister, pidió después del concierto «pizza para cenar», aunque esta no estaba incluida en el cátering que servía Galipizza a los artistas. «El batería la había probado en el camión que teníamos fuera y parece ser que le habló bien de ella y quiso probarla», explica el gerente del negocio, Leman. Además accedió a hacerse fotos con varias personas.

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