El regreso de Matías López

En el XIX, el sarriano Matías López, uno de los principales empresarios del momento, creó en Madrid Chocolates y Dulces Matías López. El negocio cerró hace 50 años y ahora uno de sus tataranietos, Manuel de Cendra, recupera la producción de aquel dulce
Uno de los nuevos chocolates de Matías López
photo_camera Uno de los nuevos chocolates de Matías López

Hace 171 años, un jovencísimo Matías López abandonó su tierra natal, Sarria, para trasladarse a Madrid y con el paso del tiempo crear una importante industria, Chocolates y Dulces Matías López. Hace medio siglo dejaron de fabricarse esos dulces bocados, aunque ahora se pueden volver a disfrutar de la mano de uno de los tataranietos del empresario, Manuel de Cendra y Aparicio.

«Un sueño romántico», así define este arquitecto y quinto marqués de Casa López la decisión de retomar el legado de su antepasado. «Primero, quería recuperar una gran marca porque es una pena perder ese patrimonio. Segundo, darle al consumidor el mejor chocolate y, tercero, que se vea que en España también se pueden hacer cosas igual o mejor que en el resto de Europa», explica.

La idea de volver a los orígenes surgió en 1996, coincidiendo con la celebración de una exposición en El Escorial para conmemorar los 30 años del derribo de la fábrica de Dulces Matías López y la edición del libro ‘Cuando El Escorial olía a chocolate’. Para Manuel de Cendra era un «despilfarro» perder aquel legado y se lanzó a la aventura de retomarlo. Supuso recuperar la marca, que era propiedad de otra empresa y no lo logró hasta 2009. «Fui todos los meses al registro mercantil hasta que quedó libre y la solicité», cuenta.

Además, conllevó años de estudio del chocolate, si bien el arquitecto no es novato en este mundo, ya que hasta que se cerró la fábrica, en 1964, vio elaborarlo.

También se encargó del diseño del envase, que mantiene el famoso cartel ‘Los gordos y los flacos’.

El producto se crea de forma completamente artesanal en un obrador, aunque su objetivo es poder en el futuro levantar una fábrica en El Escorial. El envase también se realiza a mano porque el chocolate tiene «3,5 milímetros de espesor y no hay máquinas que hagan los envases para él». «Además, tuvimos que crear moldes especiales», añade Manuel de Cendra, de 72 años.

Este vendió el primer chocolate el pasado 31 de diciembre a una joyería inglesa. «Es curioso porque en 1875, cuando Matías López inauguró la fábrica se llevó a dos maestros chocolateros, que precisamente eran ingleses», relata.

comercialización. A pesar de llevar tan pocos meses, el producto, que se puede adquirir a través de internet, ya se comercializa en España, Francia, Alemania, Italia y, además, lo hará en Suiza. Su intención es llegar a 50 tiendas de toda España.

El producto ya se vende por internet en España, Italia, Francia, Alemania y también se comercializará pronto en Suiza

Chocolate negro, con leche, blanco y blanco caramelo -«que no lleva caramelo, se carameliza el azúcar que contiene»- son las variedades que ofrece y que también quiere presentar próximamente en la villa sarriana por ser la tierra natal del fundador.

«Es un chocolate con personalidad, exclusividad y excelencia», define el arquitecto, quien crea ediciones limitadas, de 2.000 unidades, porque «no busco cantidad, sino calidad».

Para recordar el trabajo del gran empresario e Hijo Predilecto de Sarria, cada tableta contiene un tarjetón con fotografías del propio Matías López, una de sus tiendas o la fábrica.

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