El proyecto de Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM) que tiene a exposición pública el Ayuntamiento tras acordarse su salida a la calle por parte de la corporación, no convence ni siquiera al grupo gobernante, el BNG, que considera necesario reformarlo y que para ello está precisamente el periodo de exposición y alegaciones. Por lo de pronto, era de un mes, pero la alarma social creada en todos los sectores ya obligó a duplicar ese plazo, también por acuerdo plenario. Pero con ello no se espera más que un incremento de la oposición.
De entrada, arquitectos, constructores y empresarios están convencidos de que la única solución es hacer un plan nuevo. Alegan que casi el 90% de las construcciones actuales quedan fuera de ordenación y que se limitan de tal manera las alturas y los fondos de edificabilidad que causará grandes pérdidas económicas a los monfortinos, sin hablar de los trastornos en el análisis y tramitación de alegaciones para defender sus intereses. Hasta tal punto es el nivel de crispación y desinformación que los partidos, sectoriales y agrupaciones vecinales abrieron sus oficinas para estudiar con técnicos el plan y determinar una estrategia de actuación conjunta en el caso de seguir adelante.
