El proyecto de la residencia y del centro de día depende de la Xunta

Tres empresas están interesadas, pero exigen que haya cierto número de plazas concertadas
Yebra y otro representante local, con la secretaria xeral de Igualdade en una visita al colegio, cuando era responsable de Benestar.
photo_camera Yebra y otro representante local, con la secretaria xeral de Igualdade en una visita al colegio, cuando era responsable de Benestar.

La creación de una residencia para mayores en A Barrela, capital de Carballedo, es una de las viejas aspiraciones del alcalde, Julio Yebra Pimentel, que desde su entrada en el Ayuntamiento, hace ya 32 años, siempre pensó que era una de las necesidades más imperiosas vista la avanzada edad media de la población.

Desde entonces intentó varias formas para desarrollar el proyecto, pero en ocasiones se cruzaron planes de empresas privadas que paralizaron su pretensión. Había indicaciones desde algunas firmas de que harían una residencia privada. Pasó el tiempo y todo quedó en nada. Ahora gestiona de nuevo con la Xunta para conseguir ayudas para que se haga el centro a partir de la iniciativa privada.

Desde principios del presente siglo, el mandatario dijo que no se podía esperar más, sobre todo cuando veía que en otros ayuntamientos se hacían geriátricos para evitar el desarraigo de la gente mayor y sobre todo para impedir que muchos vecinos de avanzada edad sigan viviendo solos en pueblos casi desiertos. Esa necesidad se cubrió en parte con la ayuda en el hogar y con el ingreso de algunos vecinos en centros de Taboada y Chantada, así como en otros del sur de Lugo y alrededores. Para el alcalde, eso no es la solución, porque residir fuera del municipio, al igual que sucede con vecinos de otros ayuntamientos, supone desvincularlos de su entorno e incluso de sus familiares.

A finales de la primera década de este siglo, el regidor se involucró de lleno en el asunto y logró desafectar parte del colegio público para dedicarlo a residencia y centro de día, dado que el número de escolares mermó en los últimos años de tal forma que con la mitad de las instalaciones es suficiente para acoger a todos los pequeños.

En 2012, el Ayuntamiento, conseguida esa parte vacía del colegio, alcanzó un compromiso con la Xunta para acometer el proyecto. Pasaron unos años más y cambiaron los planes de la administración autonómica al decidirse no hacer más residencias para mayores, sino colaborar con las empresas privadas que las ejecutasen.

Ante ese cambio de rumbo, Julio Yebra Pimentel presentó el proyecto a varias empresas y consiguió despertar el interés de tres para materializarlo, aunque ponen como condición que algunas de las plazas sean concertadas con la Xunta porque de lo contrario los costes serían inasumibles para personas con escasos recursos económicos.

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