La prolongación del verano de la que disfrutaba la comarca finalizó ayer de forma brusca con la llegada del primer temporal de otoño, que obligó a recuperar de los armarios los paraguas, chubasqueros y, para los frioleros, la ropa de abrigo. El frente de una borrasca barrió la comarca acompañado de vientos fuertes del suroeste por la mañana, que rolaron a nororeste por la tarde aumentando la sensación de frío, con ráfagas que alcanzaron los 117,4 kilómetros por hora, que obligaron a regresar a los barcos que habían salido a faenar por la mañana.
Las rachas de viento más elevadas se registraron a las doce y diez minutos del mediodía, en la estación de Meteogalicia en Burela. Los vientos del noroeste, que vienen impregnados con la humedad del mar, hicieron que las temperaturas sufrieran un
