La proximidad de los comicios internos del Club Náutico de Ribadeo, a finales de este año, y ciertos anuncios hechos por el presidente de la entidad, Mario Coto, como el de que adjudicará el mantenimiento y los servicios de la marina seca, están crispando los ánimos en el colectivo. Tanto es así que, Coto le replicó al asociado Ramón Acuña, que optó anteriormente a la presidencia del club, que la marina seca «para os socios vai quedar nas mesmas condicións, cos mesmos dereitos».
Acuña se pregunta entonces «qué empresa náutica, mejor dicho ONG, se va a hacer cargo entonces de la marina seca, si es verdad que los socios no van a perder derechos y no van a pagar más por sus varadas y si, en definitiva, todo va a seguir igual».
El presidente del club invitó, asimismo, a Ramón Acuña a acudir a los tribunales si consideraba incorrecta alguna gestión del club, tras «falar dun barco amarelo, porque esta directiva tomará as medidas oportunas, sexan as que sexan, para que demostre o que veladamente quere dicir con esa expresión», así que le recomienda «absterse de falar desa embarcación públicamente, porque senón terá que facelo no xulgado».
Acuña aclara que está «capacitado como socio para preguntar sobre cualquier cuestión relativa a la entidad» y asegura que nadie le va a privar de su derecho a «decir lo que tenga que decir», pero cree que lo hará «en una asamblea, que es donde se han de aclarar estas cuestiones y no en los juzgados que bastante los sobrecarga de trabajo el propio Mario Coto».
Por otra parte, el actual presidente de la entidad sostiene que desde que lidera la directiva «os socios teñen máis dereitos dos que tiñan antes». En este sentido, Ramón Acuña opina que «es de justicia reconocer que el club cuenta con algunas ventajas que antes no tenía, recogidas en el programa del presidente», por lo que dice no entender «por qué ahora reniega de ese documento inicial».
Pero niega que los socios tengan más derechos, « ya que el interés de Mario Coto es recortarlos y ejemplo de ello es que pretende sacar a concurso una parte de las instalaciones, como si la entidad fuese su finca particular», señala Acuña, quien sí le advierte al actual presidente que no tiene interés alguno en acudir «a esos juzgados a los que se refiere, aunque las palabras que él vierte en los medios al respecto de los apercibimientos que se me han hecho, sí son constitutivas de difamación». En este sentido, afirma estar al «corriente de todos los pagos, tanto de la sociedad, como de la marina seca y del amarre».
