El polo tecnológico de Rozas suma 80 profesionales y una docena de firmas

El polo tecnológico de Rozas ya suma 80 profesionales trabajando en el estudio y desarrollo de aviones no tripulados a través de una docena de empresas y centros tecnológicos y de conocimiento de Galicia que movilizarán doce millones de euros. Así lo indicó ayer el conselleiro de Economía, Emprego e Industria, Francisco Conde, en un congreso internacional de drones que se celebra estos días en Ourense.

El conselleiro incidió en la importancia de potenciar el "triángulo" coordinado del polo de Rozas, en Castro de Rei, con el grado de Enxeñería Aeroespacial de Ourense y el Centro de Innovación Aeroespacial de Nigrán, con el objetivo claro de la "creación de emprego cualificado e o posicionamento da comunidade dende o punto de vista da innovación e da industria".

"Galicia está posicionándose á vangarda no sector dos avións non tripulados, un sector importante e de potencial que supón unha oportunidade para o tecido produtivo galego, as universidades e os centros tecnolóxicos", destacó.

Conde recordó que la Xunta está realizando una inversión de 150 millones de euros en el programa Civil UAVs Initiative, en colaboración con Indra e Inaer en Rozas, y que "de xeito inmediato" se destinarán un total de 14 millones a las licitaciones de los siete primeros proyectos de drones que se harán en el polo tecnológico lucense.

LOS SIETE ELEGIDOS. Los siete aviones no tripulados, tal y como anunció la Xunta en enero tras seleccionarlos entre un total de 149 propuestas lanzadas por empresas, centros tecnológicos y universidades, pivotan sobre tres ámbitos: los recursos acuáticos, el territorio y el tráfico aéreo.

En el primer campo se licitará un proyecto para controlar la calidad del agua en mar o ríos y otro para mejorar la seguridad marítima y las labores de pesca de bajura. Respecto a la ordenación del territorio, se impulsarán iniciativas para el mapeo para controlar recursos forestales, automatizar la información cartográfica y topográfica o la planificación del suelo. El último proyecto aportará mejoras en el control del tráfico aéreo para planificar vuelos y evitar interferencias entre los aviones tripulados y los drones.