El poder del dinero

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Título: Paranoia. Director: Robert Luketic. Reparto: Liam Hemsworth, Amber Heard. Cines: As Termas (Lugo). Calificación: 2 / 4

ES DIFÍCIL adivinar cómo se apreciará el thriller contemporáneo dentro de veinte años, si como una representación bufa de la caída de una hegemonía cultural y económica o como un guiño cómplice al espectador identificado con el 99% que popularizaron 15-M y Occupy Wall Street. Lo que permanece estable es la relación entre héroes y villanos, en sus motivaciones y en sus conflictos. Con la década que llevamos -llamémosle sexto año de la gran depresión- el ‘thriller del capital’ se ha convertido en todo un género de éxito. Es cierto que siempre estuvo ahí, pero ahora se hace explícita la lucha del héroe de clase trabajadora enfrentado a propietarios de corporaciones perfectamente respetables.

‘El poder del dinero’ es una adaptación de ‘Paranoia’, la novela de Joseph Finder escrita en 2004. Robert Luketic y sus guionistas modifican algunos detalles del relato para llevarlo a terreno confortable del thriller de acción, pero quedan en el camino algunos puntos interesantes apuntados en un libro publicado antes de la crisis.

En la película, un joven programador informático (Liam Hemsworth) es despedido con todo su equipo después de que la empresa en la que trabaja fuese absorbida por una gran corporación. Con ese desparpajo que da la juventud, el grupo celebra el despido con una fiesta pagada con la tarjeta de crédito de la empresa. El jefe (Gary Oldman) no se lo pasa por alto y le obliga a infiltrarse en la empresa rival para que descubra en qué prototipo están trabajando.

Nuestro héroe, al contrario que en la novela, no es exactamente un miembro de la clase trabajadora, aunque sí tiene a su cargo a un padre sin seguro médico y con un enfisema pulmonar al que hay que ingresar cada poco tiempo; o lo que es lo mismo, un beneficiario potencial del ‘Obamacare’. Y ese es precisamente el punto débil del protagonista y objeto del chantaje al que le somete el capital.

Su vida como infiltrado mejora a la anterior, sobre todo porque el jefe para el que trabaja ahora (Harrison Ford) se convierte en una figura paterna mucho más comprensiva y tranquilizadora que su verdadero padre. En ‘El poder del dinero’, el trabajador deberá luchar contra las dos caras del capitalismo: la deshumanizada (o sea, la representación clásica de puro y chistera, y contra la que reacciona desde el primer momento); y la amable y paternal, auténtico quebradero de cabeza para nuestro héroe.

Pero el thriller de multisala nos da una lección que Holly- wood repite una vez tras otra. La solución a ese debate es hacerse emprendedor. El capitalismo es indestructible, y al héroe le corresponde el deber de trabajar desde dentro y desde abajo para limpiar el sistema de quien no lo usa correctamente.

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