El PE aprueba limitar la actividad de las calificadoras pero obvia la creación de la agencia europea

El pleno del Parlamento Europeo (PE) dio hoy luz verde al endurecimiento de las normas que rigen la actividad de las agencias de calificación, que en la crisis de la deuda han dificultado enormemente la financiación de algunos países de la eurozona con sus evaluaciones imprevistas.

 
Los eurodiputados han dado el visto bueno por amplia mayoría al nuevo marco regulador, que no incluye finalmente como pedían algunos grupos políticos la creación de una agencia de calificación europea que haga sombra a las anglosajonas Moody's, Standard & Poor's (S&P) y Fitch.
 
Entre las nuevas obligaciones que tendrán que asumir estas entidades para aumentar su transparencia y responsabilidad está la de anunciar previamente cuándo calificarán deuda soberana, unas calificaciones que en cualquier caso solo podrán emitir fuera del horario laboral. Para aumentar la transparencia en su actividad, las agencias no podrán como ahora limitarse a rebajar o aumentar una nota, sino que deberán justificar qué factores la explican.
 
Las agencias asumirán más responsabilidad que ahora pues los inversores podrán reclamarles daños en caso de pérdidas causadas por una negligencia o infracción grave. Según la nueva normativa y para evitar conflictos de intereses, los emisores de instrumentos financieros estructurados de resecuritización tendrán que cambiar de agencia de calificación al menos cada cuatro años.
 
Por otro lado, el nuevo reglamento también establece que las entidades de crédito y de inversión deberán poner en marcha procedimientos internos para evaluar su propio crédito.
 
Bruselas espera que la nueva regulación disminuya el monopolio de las tres agencias (Moody's, Standard & Poor's (S&P) y Fitch) que en la actualidad se reparten el 90 % de la influencia sobre los mercados.
 
El comisario europeo de Mercado Interior, Michel Barnier, felicitó a la Eurocámara por su luz verde a la nueva directiva y reglamento que regularán a las agencias y señaló que la nueva normativa "mejorará considerablemente" el sistema de evaluaciones. El comisario francés aseguró que la decisión de hoy "es otro paso importante en el camino para reforzar la regulación financiera como respuesta a la crisis bancaria".

OTRAS VALORACIONES
Todos los grandes grupos de la Eurocámara coincidieron en valorar como una decisión en la buena dirección las nuevas normas, si bien desde algunos escaños se criticó que la normativa no hubiese ido más allá con la creación de una agencia europea de calificación que rompiera el "monopolio" de la calificación crediticia anglosajona. "Los recientes acontecimientos en los mercados financieros han mostrado cómo de sensibles son las calificaciones de la deuda soberana y con estas nuevas normas se asegurará que las notaciones no aparecen en los momentos más inapropiados", dijo el eurodiputado del Partido Popular Europeo Jean-Peaul Gauzès.

Desde la Alianza de Liberales y Demócratas Europeos (ALDE), el eurodiputado alemán Wolf Klinz se lamentó por el hecho de que no se hubiese aprovechado la nueva legislación para terminar "con la estructura casi oligopolística" de Moody's, Fitch y Standard & Poor's. En un comunicado dijo "temer" que esa falta de competencia "vuelva a costar cara en el futuro".
 
Para el eurodiputado de ICV Raül Romeva, del grupo Verdes/ALE en el PE, "es lamentable que no se haya sido más ambicioso". La propuesta de una agencia europea se ha reducido a una mención en el texto en la que los eurodiputados piden a la CE "que considere la posibilidad" de establecer ese organismo. 

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