El paro golpea tres veces

A VECES los análisis de los economistas nos regalan perlas. Son estudios que por momentos descienden de la epidermis de los datos trimestrales e interanuales, por acotar los períodos más recurrentes, y nos trasladan en el tiempo. Es así como logramos situarnos mejor y contextualizar lo que representa esta crisis frente a otras. Lo hace el Foro Económico de Galicia en un reciente estudio con el que se estrena una serie sobre coyuntura socioeconómica. Y lo firman catedráticos como Fernando González Laxe o Santiago Lago Peñas. Junto a ellos, autores como Patricio Sánchez y José Francisco Armesto, ambos de la Universidade de Vigo.

Muy por debajo de esa lámina de actualidad que son los datos del paro, que colocan a Galicia en una senda de cierta esperanza en este arranque de año, subyace un análisis histórico que conviene analizar. Y es que los autores del informe establecen una comparativa con otras crisis que se agradece, situando los mojones de recesiones pretéritas en 1976, con las duras consecuencias de la crisis del petróleo para un país en incierta transición como la España de aquel momento, o en el arranque de la década de los noventa, cuando parecía agotado un modelo tras nuestra entrada en Europa.

La principal conclusión, que nos llevará a otras, señala que la actual crisis tiene una repercusión mucho más negativa para Galicia que las anteriores. De los datos del informe se desprende que, en los seis años que llevamos de crisis, la caída de la ocupación en la comunidad gallega fue de un 17,9%, cuando en el mismo período de la recesión de 1991, la pérdida de empleo fue inferior al 5%. La sacudida, para muchos analistas, no tiene parangón entre una y otra secuencia, sobre todo por los años transcurridos en tasas de crecimiento económico negativo entre un trance y otro, pero en Galicia el estudio demuestra que el golpe actual es de mucho mayor calado también por otros motivos. Veamos.

La evolución de los datos de ocupación recogidos en la Encuesta de Población Activa (EPA) para Galicia y para el conjunto del España a lo largo de las últimas décadas refleja no solo el fuerte ajuste experimentado por el sector primario en la comunidad gallega, sino también una capacidad de recuperación del mercado laboral relativamente similar al estatal en sectores como servicios o industria. De ello dan cuenta algunos ejemplos de la historia reciente con esas crisis del 76 y el 91 como referentes.

Tomando como base la pérdida de empleo con respecto a los trimestres de mayor ocupación, España tardó trece años en alcanzar un nivel de empleo superior al registrado en el tercer trimestre de 1976. Fue en el período comprendido entre julio y septiembre de 1989. Pero es que la comunidad gallega, de acuerdo con el análisis del Foro Económico de Galicia, no ha logrado todavía alcanzar un nivel similar al estimado para esa fecha. En el tercer trimestre de 2007 fue cuando más cerca estuvo de alcanzar la tasa de empleo de ese verano de 1976. En esas fechas, antesala de la actual crisis, la tasa de paro no llegaba al 8%. De cierto retraso en la recuperación también nos ilustra el número de personas ocupadas. Por ejemplo, en Galicia en el segundo trimestre de 1989 la tasa de ocupación logró ser superior a la estimada a finales de 1977, casi dos años más tarde que en el conjunto de España.

Sin tener en cuenta el sector primario, que en cierta medida distorsiona el análisis por su fuerte retroceso, a comienzos de la década de los noventa el proceso de destrucción de empleo y su recuperación es similar en España y en Galicia. Si a escala estatal se tardaron cinco años en recuperar en recuperar un nivel de ocupación superior al del tercer trimestre del 91, en el caso de Galicia el tiempo requerido fue algo inferior a los seis años. Nada que ver con la situación actual y la destrucción de empleo de esta crisis frente a la década de los noventa, que los autores explican por a evolución de la estructura demográfica gallega, con un elevado peso relativo de la población mayor de 65 anos, o el escaso peso de la población extranjera, indicador clave del poder de atracción de mano de obra.

Es verdad que el desempleo crece en Galicia a un ritmo que nada tiene que ver con el 2011 o el 2012 (con tasas del 0,1% frente a medias interanuales del 15,4% o el 18,1% de esos ejercicios), pero no lo es menos que la población ocupada (987.300 personas) y, sobre todo, la activa (1,2 millones), al situarnos como tercera comunidad con mayor caída en términos anuales, solo por detrás de Madrid o Andalucía, hablan de cierto raquitismo laboral. Y, sobre todo, de un futuro que no pinta bien. Del pasado, y de las comparaciones, debemos tomar nota.

Poco margen frente al «lobby» del petróleo

UN CASO práctico para comprobar que aquello de pensar globalmente y actuar localmente no siempre funciona. Es el caso de la cruzada que ha iniciado la Xunta contra los grandes del petróleo. Desde Facenda argumentan que los precios del gasóleo y la gasolina antes de impuestos en Galicia son actualmente de los más caros de España y, lo que es más preocupante, los incrementos en la venta al público también crecieron mucho más que en otras latitudes. No es nuevo que las grandes operadoras petrolíferas pactan precios en mayor o menor medida, y recomiendan a sus franquiciados unos márgenes orientativos que son prácticamente ley. La Comisión Nacional de la Competencia abrió expediente a seis grupos (Repsol, Cepsa, BP, Galp, Meroil y Disa) el año pasado precisamente por esa política de precios, que parece enquistada en un mercado con apenas competencia tanto en el ámbito mayorista como el minorista. Va para largo la investigación (por lo menos se prolongará hasta 2015), a la que se suma la Xunta desde su estrecho ámbito de actuación, que es el Consello Galego de Competencia. Pero hay más.

El propio Núñez Feijóo apela a la presencia de una refinería en territorio gallego, con lo que, por lógica, los costes de distribución y logística (son un 10% del precio final) deben ser más bajos en Galicia, simplemente por una cuestión espacial. Pero es que así llevamos desde 1964, cuando se inauguró una refinería cuya presencia poco o nada genera para Galicia. Más bien lo contrario, problemas medioambientales: Mar Egeo, Prestige... La historia interminable. Y, desde Galicia, el poco margen de siempre.

CRISTÓBAL MONTORO ♦ Hacienda dispara su recaudación en Galicia este año

CUALQUIER incremento en la recaudación fiscal no solo es motivo de algarabía en la sede del Ministerio de Hacienda. Es también un indicador importante según el impuesto o la tasa de la que se trate, que apunta, en este arranque de año, a cierta reactivación del consumo, que no de la actividad empresarial. Al menos, en Galicia. Los datos que acaba de hacer públicos el departamento de Cristóbal Montoro indican que la recaudación fiscal se incrementó en la comunidad gallega en los dos primeros meses del año nada menos que un 18,6%, hasta los 1.067 millones de euros, frente a un aumento de la media española del 7%. Por impuestos, el IVA o el IRPF han sido claves para que el fisco eleve sus ingresos en Galicia. Tendrá que esperar Sociedades, que grava los beneficios empresariales, ya que retrocede frente al arranque de 2013. El cambio de tendencia no debería alegrar solo a Cristóbal Montoro, sino a casi todos.

ELIER OJEA ♦ La madera recobra el pulso, pero lejos de sus mejores marcas

EL GOTEO de buenos datos llega a la patronal, en este caso de la madera. Confemadera, presidida por Elier Ojea y dirigida por Ana Orons, presenta un balance del 2013 que no es para echar cohetes, pero sí que marca un claro cambio de tendencia en un sector castigado especialmente por la debacle de la construcción, ya que lo podemos considerar en este sentido una industria auxiliar. Las tres mil empresas que integran la madera en Galicia vieron en 2013 cómo sus ingresos crecían por primera vez en tres años. La facturación conjunta del sector se incrementó un 2,6%, hasta los 1.668 millones de euros, pero a distancia todavía de registros no tan lejanos. La cifra de negocio de estas empresas antes de la crisis, en 2007, rondaba los 2.400 millones. El tablero y la pasta se llevan el gato al agua, mientras que la transformación, como el mueble, sigue su declive.

(Publicado en la edición impresa el 20 de abril de 2014)

Comentarios