El Papa va de frente y rápido

DERECHAS O CONSERVADOR, como negación de una acusación de posición ideológica del Papa Francisco -uno y otro término aparecen según en qué idioma se vea la entrevista/conversación del jesuita Antonio Spadaro- pasó a ser el impacto informativo de ayer: «Nunca he sido de derechas». Es más que un titular, equivale a un resumen claro de la posición del Papa y de sus objetivos de reforma en las obscenidades vaticanas y en los enganches férreos, en los apoyos mutuos, entre eclesiásticos y partidos políticos de derechas. Este titular periodístico puede englobar el cambio histórico de rumbo del mensaje papal. Cambio que pedía el desaparecido cardenal Martini, también jesuita. Un análisis del discurso eclesiástico dominante en las últimas décadas reclamaba una transformación a fondo para responder a una audiencia que, como capacidad de influir sobre la misma, perdía la jerarquía católica. En lugar de enviar el mensaje a una sociedad secularizada pretendían del brazo del poder político regresar a formas de confesionalidad más o menos encubiertas. Este Papa defendió en Brasil los gobiernos y las sociedades laicas. Guste o no, será criticado duramente y encontrará también simpatías. Ojalá no encuentre Francisco más obstáculos dentro de la poderosa estructura eclesiástica que los de la oposición por la palabra y la discusión de ideas. Va de frente. Tiene prisa. Es cierto que la reacción para responder al mundo de hoy lleva gran retraso en la Iglesia católica. Si se leen las 27 páginas de la versión española de la entrevista en la revista de los jesuitas www.razonyfe.org no parece que esté su posición en clave política: es su experiencia de joven provincial de los jesuitas en Argentina, que toma decisiones precipitadas y de forma autoritaria que lleva a que lo sitúen en el bando reaccionario, cuando «nunca fui de derechas» (o conservador, como titula Le Monde).

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