El pan de un siglo

Antonio Currás, ante el antiguo horno de leña, que suma más de 50 años.
photo_camera Antonio Currás, ante el antiguo horno de leña, que suma más de 50 años.

La panadería Currás, la más antigua de Vilalba, sobrevive a la cuarta generación de panaderos. Abrió sus puertas en 1907 y sigue en el mismo local de la calle San Roque con el proyecto de aumentar el negocio con una nueva tahona en el polígono.

es el pan de cada día, pero suma más de un siglo. La panadería Currás, la más antigua de Vilalba, se fundó hace más de cien años en la calle San Roque, donde sigue en pie en un equilibrio entre tradición e innovación.

Los secretos del pan con más historia de Vilalba se transmitieron de padres a hijos generación tras generación. Antonio Currás, el responsable actual, es el cuarto de una cadena que está seguro de que continuará en el futuro.

Pasaron tantos años que es difícil para él recordar los comienzos, que conoce de oídas. Las fechas se difuminan entre el paso del tiempo, las historias de familia y la falta de documentación, pero corría el año 1907 cuando su bisabuelo fundó la panadería. «Empezó siendo La Coruñesa, porque venían de allí cuando se asentaron en Vilalba, aunque era conocida como la Tahona de San Roque», rememora. «Había otra gente que cocía en casa para los vecinos, pero esta fue la primera en producir y vender pan», comenta.

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