El otro derbide Riazor

Por segunda vez en la presente temporada, Lugo tendrá los ojos puestos en A Coruña por culpa de un partido, pero esta vez no es ni político ni de fútbol. Es por el duelo que el Breogán disputa en el pabellón de Riazor ante el Básquet Coruña.

Son tiempos de reivindicación para el breoganismo y la ocasión se presenta perfecta para dejar claro a los vecinos del noroeste que Lugo está con su equipo. El buen ambiente que reina entre clubes y aficiones invita a pensar que el día será festivo. Y por si fuera poco, en la pista se verán las caras dos de los mejores equipos de la Liga.

Atendiendo a la tradición, el Breogán debería hacerse con la victoria, pero eso al final no sirve para nada. El pasado 30 de noviembre el CD Lugo visitó Riazor (el campo de fútbol, no el pabellón) y se llevó un punto que bien pudieron ser tres ante un Deportivo que no hace mucho luchaba por meterse en la final de la Champions.

Cuando el árbitro lance la pelota al aire la historia del Breogán dejará de tener peso. Y más cuando un pedazo de la misma ocupa el banquillo del Coruña. Tito Díaz intentará darle un disgusto a su Breogán y Lisardo Gómez luchará porque los aficionados que se lancen a la A-6 tengan un viaje de regreso agradable.

Berlusconi tiene un plan y el Milán siempre vuelve

Al término de la primera vuelta de la Liga italiana el Milán está a 30 puntos del Juventus. Son malos tiempos para el club rossonero, como lo son también para el hombre que lo convirtió en el mejor club del mundo a finales de los 80 y principios de los 90 del siglo pasado, Silvio Berlusconi.

Il Cavalieri ha perdido su parcela de poder (político), una parcela tan grande como Italia entera, mientras que el Milán ve muy a lo lejos a los que mandan en el fútbol europeo, e incluso italiano. Es cierto que está en los octavos de final de la Champions, pero ni las casas de apuestas confían en él. Su rival, el Atlético de Madrid, es el claro favorito.

Pero Berlusconi tiene un plan. El nuevo entrenador del equipo milanista, Clarence Seedorf, aseguró que su llegada al banquillo de San Siro estaba prevista desde hace dos años por Il Cavalieri. Aparte de la alegría que se ha tenido que llevar Massimiliano Allegri, la noticia implica que hay un proyecto para reconstruir un equipo guadianesco, acostumbrado a alternar la gloria y el fracaso a lo largo de su historia.

Sirva su relación con la Copa de Europa para explicar esto. Campeón en 1963 y 1969, no volvió a presentar una candidatura al título hasta la era de Berlusconi/Sacchi/Capello, en la que dominó el continente con una autoridad nunca vista desde el Real Madrid de Di Stéfano. El Milán, que en 1980 había descendido a Segunda por un escándalo de apuestas clandestinas, ganó la Copa de Europa de 1989 y la de 1990, perdió la final de 1993, ganó la de 1994 y perdió la de 1995.

El gigante se echó a dormir unos años para regresar a lo grande en los albores del siglo XXI. Ganó la Champions de 2003, perdió la increíble final de 2005 ante el Liverpool en Estambul, y se vengó del equipo inglés en la de 2007.

No lo tiene fácil Clarence Seedorf, pues el activo más importante de este negocio, los jugadores, dista mucho de estar al nivel de la élite mundial. Pero ojo, Berlusconi tiene un plan. Que aprovechen sus enemigos esta época. El Milán siempre vuelve.

España domina el mundo subida a dos ruedas

Si los problemas económicos de un país se pudieran solucionar sobre dos ruedas, en España ni se oiría hablar de la crisis. El dominio de los españoles en el motociclismo a nivel mundial solo es comparable al que ejercen en el toreo.

A la dictadura ejercida en el Mundial de velocidad, con Marc Márquez (Moto GP), Pol Espargaró (Moto 2) y Maverick Viñales (Moto 3) campeones del mundo; Jorge Lorenzo y Álex Rins, subcampeones, y Dani Pedrosa, Tito Rabat y Luis Salom, en la tercera posición, se une ahora el poderío mostrado en el Dakar, donde Marc Coma lleva camino de lograr la victoria final por delante de Jordi Viladoms.

Si algún día le dan a Madrid la organización de unos Juegos Olímpicos, aunque sea en el año 3000, sería bueno para lograr un buen lugar en el medallero que los que mandan incluyesen el motociclismo en el programa olímpico. Y de paso también los toros... a ver si cuela.

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