El obispo sarriano en Brasil, López Carrozas, celebró sus bodas de oro sacerdotales

El único obispo que dio Sarria, Ramón López Carrozas, cumple este año sus bodas de oro sacerdotales, hecho que conmemoró con un acto solemne en la diócesis del Bom Jesus de Gurgueia, lugar del estado brasileño de Piauí en el que ejerce desde hace más de cuatro décadas. El pasado domingo, celebró de nuevo su medio siglo de sacerdocio en su tierra natal, donde presidió una eucaristía en el mismo convento de La Merced en el que ofició su primera misa en el año 1960.

El penúltimo de cinco hermanos, nació en 1937 y, con sólo once años, ingresó en el convento sarriano de La Merced, «el primer seminario mercedario en España tras la restauración de la orden en 1890», matiza. Su formación continuaría en lugares como Salamanca -donde obtendría el título de Teología- o Poio, en cuyo monasterio fue ordenado sacerdote el día 10 de abril de 1960.

Con gran facilidad para recordar las fechas, Ramón López Carrozas no duda en precisar que fue un 2 de febrero de 1967 cuando emprendió viaje hacia Brasil. Su destino era el estado de Piauí, en el nordeste, donde los padres mercedarios tienen en marcha una misión -con destacada presencia gallega- desde los años 20.

Región «olvidada»

Era una región «olvidada» y, aunque «mejoró bastante», todavía se considera «subdesarrollada». «Hoy, donde estamos nosotros, ya no se puede llamar tercer mundo, pero durante muchos años lo fuimos», dice. La diócesis del Bom Jesus, donde ejerce como obispo, carece de industrias y alberga a 200.000 habitantes en una extensión similar «a la de dos Galicias».

Con una población muy dispersa -«un habitante por kilómetro cuadrado en el campo»-, el «80 por ciento» de los residentes profesan la religión católica -«cuando llegué eran cuatro padres nativos, hoy son 24», ejemplifica- y el analfabetismo consiguió reducirse a un 25 por ciento, muy lejos de aquel 95% que imperaba a finales de la década de los 60.

Desde el inicio de la misión de los mercedarios en Piauí «se han construido más de 200 iglesias, colegios, capillas, salones comunitarios para reuniones... Hubo un trabajo muy bueno en educación», explica. Tanto la labor social como la religiosa fue posible gracias a las ayudas procedentes de asociaciones benéficas de otros países, principalmente Alemania. También España colaboró. «Hace 15 o 20 años, Manos Unidas me ayudó con 800 colmenas para repartir entre la población, y más tarde envió un coche para distribuir la producción de miel, un alimento completo, que no perece y que allí es muy abundante».

Gobierno

Hoy por hoy, el trabajo de los misioneros en el lugar se centra «en formar cristiana y religiosamente a las personas». Según comenta el obispo, la labor social que la Iglesia ejerció durante muchos años no resulta tan necesaria gracias a una administración pública «que la cuida bastante». «El gobierno de Lula da Silva fue muy bueno. Brasil hoy está muy bien políticamente, socialmente... mejoró mucho», apunta Ramón López Carrozas, quien destaca la «fuerte» presencia en el país de empresas españolas como Telefónica, el Banco Santander o la editorial Santillana.

También los gallegos lograron hacerse un hueco: «los mejores salones de fiestas del Carnaval de Río son de gallegos que llegaron como simples trabajadores de bar».

Brasil vive ahora pendiente de dos citas históricas: el Mundial de fútbol y las Olimpiadas. «Son cosas que mueven a todo Brasil. La población está animadísima y son dos acontecimientos que van a agitar el país», constata.

MEDIO SIGLO

  • Ofició su primera misa en 1960 en La Merced

Ramón López Carrozas ofició su primera misa el 24 de abril de 1960 en el convento de La Merced de Sarria. En la imagen, aparece junto a su tío Pedro López Rubín, canónigo en la catedral de Lugo, y Adriana Cedrón, quien fue su madrina en el acto.

  • Madrina

La propia Adriana Cedrón, viuda de Toñín Viñas, también le acompañó el pasado domingo en la misa de conmemoración de los 50 años de sacerdocio.

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