El obispado encargará un plan para restaurar el palacio de Diomondi

Dos personas observan el derrumbamiento de la fachada del palacio episcopal. TOÑO PARGA
photo_camera Dos personas observan el derrumbamiento de la fachada del palacio episcopal. TOÑO PARGA

El obispado de Lugo ha decidido encargar un proyecto para restaurar la fachada del palacio episcopal de la iglesia de Diomondi, que se vino abajo a finales del pasado mes de diciembre. El delegado del patrimonio histórico artístico de la diócesis lucense, César Carnero, señaló ayer que se persigue saber qué se precisa hacer para que el edificio no se venga abajo y el coste de la intervención. Esto último es, a su juicio, la cuestión más importante, pero subrayó la necesidad de «facer algo antes de que se veña abaixo».

Asimismo, señaló que lo «ideal» sería una colaboración «entre as distintas administracións» para recuperar una edificación que destaca por su alto valor histórico y patrimonial, pues, dijo, «nel pódense ver pegadas dende a Idade Media ata o Barroco, ademais de existir referencias sobre a igrexa dende o século X». Y es que el llamado palacio episcopal de Diomindi fue usado durante diferentes épocas por los obispos de Lugo como residencia de verano, lugar que elegían para disfrutar de sus vacaciones.

Buscarle un fin

César Carnero apostó por, una vez que se proceda a la restauración del palacio, darle algún fin, llenarlo de contenido, algo que, considera, ayudaría a su mantenimiento.

El delegado de patrimonio del Obispado lucense dijo que «hai algunas ideas, pero novamente atopámonos co problema dos recursos financieiros para levalas adiante».

A él, dijo, le gustaría crear en el palacio un centro de interpretación del arte románico que salpica la Ribeira Sacra, con especial presencia en los municipios de Pantón, O Saviñao y Sober, pero sin descartar otras propuestas, como la lanzada por la asociación Camiños a Santiago pola Ribeira Sacra, desde donde apostaron por habilitar en la edificación, una vez restaurada, un albergue para los peregrinos que usen el Camiño de Inverno, máxime cuando muy cerca del lugar comienza una de las etapas más espectaculares desde el punto de vista paisajístico y patrimonial, los llamados Codos de Belesar, un antiguo camino romano.

César Carnero también valoró la posibilidad, señaló, de llegar a hacer algo «vencellado ó viño, como propuxo alguén. O caso é que hai varias propostas, varias posibilidades e o que teremos que facer é estudalas para decidirnos pola mellor opción», enfatizó.

En cuanto a la petición realizada por la Asociación de Veciños do Saviñao de colocar una lona en la fachada para que el agua y el viento no incidan en los daños existentes, Carnero manifestó que se trata de una solución provisional que no considera del todo acertada.

Explicó que «a lona podería causar máis danos que beneficios», pues, aclaró, su anclaje debería ser muy preciso para que, en caso de fuerte viento, no hiciese de vela y pudiese arrancar otras partes del palacio episcopal. «Esta proposta non é a ideal, pois non é fácil aplicala», sentenció.

Carnero tiene previsto acompañar este sábado al obispo de Lugo, Alfonso Carrasco, a Diomondi para que compruebe el estado en el que se encuentra el palacio episcopal. Será después de un acto de homenaje a Carnero en la ciudad del Cabe al cesar como párroco.

ACTUACIÓN

  • El tejado se había caído en 2001. La falta de conservación, el paso del tiempo y el agua fueron también las causas de que a mediados del mes de octubre del año 2001 se desplomase la techumbre de la casa rectoral de Diomondi, también conocida como palacio episcopal, un edificio que cuenta con tres plantas, entre el bajo y dos superiores. Su último residente fue un párroco de O Saviñao, hace 18 años.
  • Colaboración. Hace poco más de nueve años, la Consellería de Cultura y el Obispado de Lugo sufragaron un proyecto consistente en dotar al palacio de una nueva techumbre, adjudicándose tales obras por un montante que había rondado por aquel entonces los 36.000 euros.
  • Urgencias. Ambas entidades habían manifestado en su día que una restauración a fondo necesitaría una importante partida presupuestaria que en aquel momento no se podía destinar a tal fin al existir otros elementos en diferentes puntos de Lugo que rehabilitar o mantener de forma más urgente.

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