Las cofradías de pescadores ya han recibido el proyecto de decreto de ayudas a la paralización definitiva y temporal de los buques pesqueros para que, en tres semanas, formulen las alegaciones que estimen. Estas ayudas se enmarcan dentro del fomento de la competitividad y la viabilidad de las empresas y contienen aspectos de anteriores desguaces subvencionados: los barcos a retirar deberán haber pescado al menos 90 días al año en los últimos dos ejercicios y poseer una antigüedad mínima de diez años. El armador no podrá registrar ningún otro buque en los siguientes cinco años y, en caso de paralización temporal, la ayuda para las empresas y los marineros será por un máximo de seis meses.
En el proyecto se especifican unos baremos en función de las artes y la eslora de cada buque que opte a estas ayudas provenientes en un 50% del Fondo Europeo Marítimo de Pesca y en la otra mitad del Estado y las comunidades autónomas, con las que se consensuará el reparto.
Según el secretario de la Federación Galega de Confrarías, Sergio López García, la oportunidad del decreto se explica porque "o proxecto hai que sacalo dado o novo periodo operativo, pois as axudas acábanse no 2018".
PESCA DE LA CABALLA. Por otra parte, resulta ampliamente comentado entre pesqueros de distintas artes, y de diferentes puertos de descarga, la abundancia de caballa en el caladero del Cantábrico noroeste. Según los pescadores, las cuotas permitidas están totalmente en contradicción con la biomasa que se observa. Los bancos de caballa incluso estarían entorpeciendo enormemente la pesca de otras especies, y mucha que llega a bordo es devuelta al mar.
Investigadores de distintos organismos científicos estarían evaluando dichos stocks. En concreto, el buque del Instituto Español de Oceanografía Miguel Oliver está realizando una campaña en este sentido, como también investigadores a bordo de pesqueros. Los marineros alegan en ocasiones que la abundancia de la voraz caballa diezma las puestas de otras poblaciones como la sardina.
