La operación para eliminar el primer nido de avispas asiáticas de Xove concluyó con éxito, ya que el insecticida que inyectaron los grupos de emergencias supramunicipales (GES) el martes por la noche surtió su efecto y ayer por la mañana, cuando abrieron el nido, comprobaron que tanto las avispas -unas 180- como las larvas, estaban muertas.
Sin tiempo para el descanso, ayer por la noche los GES actuaron sobre el segundo nido, una operación que se antojaba más complicada por varios motivos. El primero sus dimensiones, unas diez veces más grande que el primer avispero y con un diámetro de un metro, y el segundo su situación, encajado en las ramas más altas de un aliso, a unos doce metros de altura, en una finca forestal de difícil acceso.
«Tiña seis colmeas e morreron todas», dice un apicultor
La operación para abrir el nido se desarrolló en plena plaza del centro cívico de Xove, además en día de mercado, y fueron muchos los vecinos que se acercaron a ver las avispas, entre ellos algunos apicultores que habían sufrido sus efectos. «Tiña seis colmeas ao lado da casa e morreron todas», comentaba uno de ellos, vecino de Sumoas, quien aseguraba que las avispas se metían en el interior de la colmena. Otro apicultor, José Antonio Quelle, de Vilalpol, veía otro ‘modus operandi’ en las avispas: «Nunca as vin entrar na colmea, dan voltas diante dela esperando polas abellas que veñen co néctar e xa as pillan; nunca comen a que sae de dentro, comen a que vén de fóra», insiste.
