Los grupos de emergencia supramunicipales (GES) abrieron ayer el nido de avispa asiática más grande hallado en Xove, con la sorpresa de que algunas larvas todavía estaban vivas, a pesar de que habían inyectado dos botes del insecticida específico desde el miércoles pasado y que lo habían dejado actuar estos días.
El responsable de los GES, Mario Antuña, explicó que «al ser tantas capas, el nido es demasiado estanco y es muy complicado que llegue el insecticida a todo». El alcalde, Demetrio Salgueiro, añadió que había muchas avispas -en esta ocasión no las contaron- pero sobre todo «moitísimas larvas, algunha delas viva e coa avespa a punto de saír», explicó. El regidor atribuyó esta supervivencia a las características del nido: «Nun pequeno é máis fácil, pero nun grande é difícil que traspase o material do que está feito, que se vai endurecendo», dijo.
«Incho, póñome como un tomate»
Laureano Díaz sabe lo que es probar en sus carnes la picadura de una avispa asiática, en su caso siendo alérgico. Este ourolés asentado en Viveiro cuenta que hace un mes estaba en el lugar de Curros, en Bravos, ayudando en un desbroce cuando se encontró con un nido. «Non o vía e viñeron encima de min moitas», de las cuales una lo picó. «Marchei correndo e fun directo para Burela, onde me puxeron unha inxección e despois tomei unhas pastillas uns cantos días», relata. «Incho, póñome como un tomate». Así describe Díaz la reacción que le produce la picadura y añade que en un mes lo picaron también otras tres avispas comunes.
