El Museo de Lugo se queda sin sus símbolos

Sala de los torques (Foto: Pepe Álvez / AEP)
photo_camera Sala de los torques (Foto: Pepe Álvez / AEP)

El Torques de Burela, el Carnero Alado o más de una decena de obras importantes de la pintura lucense y gallega, es decir, la auténtica columna vertebral del Museo de Lugo, será devuelta a sus originales propietarios, los herederos de Álvaro Gil, si la Diputación y la familia no llegan a un acuerdo, que ahora parece una opción remota. El Tribunal Supremo ratifica una sentencia de un juzgado lucense, que también había validado en su día la Audiencia Provincial de Lugo, que obliga a la institución provincial a reintegrar las obras.

El valor de las piezas es incalculable, a pesar de que en las actuaciones hay peritajes de parte de ellas, de cuya fiabilidad dudan los herederos. Se trata de una colección de orfebrería con más de treinta piezas, buena parte de ellas torques, entre los que está el de Burela, que ya es casi como un símbolo identificador del Museo. Completan el legado una veintena de pinturas, varias de X.R. Corredoira, que por su origen son las que más interesan al Museo. De hecho, en las primeras negociaciones la Diputación se ofreció a devolver el resto, que son de pintores catalanes. La sentencia es firme.

 
 
 

 

Comentarios