El Museo de Lugo descubre 500 joyas de sus almacenes

El Museo Provincial de Lugo se puso este jueves de gala sacando de sus almacenes sus mejores joyas. Son medio millar de joyas tradicionales que se exponen por vez primera "en un noventa por ciento", como recordó en la inauguración el vicepresidente de la Diputación, Antón Bao.

La exposición, que fue comisariada con exquisitez por Rosario Fernández y que permanecerá abierta hasta el 15 de noviembre, muestra 554 piezas que ornamentaron a gallegos que vivieron entre los siglos XVI y XX. El conjunto está repartido entre orfebrería civil —joyas de luto, pendientes, pulseras o horcas para el cabello— y religiosa —relicarios, escapularios, medallas o cruces—.

Las piezas están expuestas en urnas, pero la muestra se completó con varios maniquís vestidos con ropas de gala tradicionales o de luto para que pudiera comprobar el aspecto que tendrían en su uso. El montaje está basado en imágenes de primeros de siglo y apoyada con un vídeo en el que va comprobando la presencia de esta ornamentación en las pintura, en la fotografía y en la ilustración.

El motivo más antiguo de los que se exponen es una figa de San Antón, que probablemente, fuera hecha en el siglo XVI. A partir de ahí, los siglos posteriores están representados porque, como señaló la directora del Museo Provincial, Aurelia Balseiro, "antes las joyas permitían saber muchos datos sobre una persona: su edad, su estado civil, su nivel social, si le había muerto alguien y tanto en mujeres como en hombres; ellos también usaban muchas joyas". Entre las masculinas, citó un tarjetero hecho en filigrana de plata de extrema delicadeza. Además, hay fibelas, alfileres o botones de puño.

Aurelia Balseiro explicó que las joyas que se muestran proceden de la colección del propio centro y que empezaron a entrar en su fundación, en el año 1948, siendo en su gran parte donaciones. El origen "es tanto Galicia como zonas limítrofes". Sobre la particularidad de las joyas, hay una urna en la que se pode ver una batería de piezas gallegas entre las que destacan unos pendientes conocidos como sapos, "que tienen dos cuerpos o tres; por lo menos un central en círculo y luego otro, que es el bajo, en triángulo, que remata en un pequeño colgante", detalló la responsable del Museo.

En cuanto a los materiales, Balseiro comentó que la mayoría son aleaciones, como plata dorada "y como el luto tenía mucha importancia porque toda la familia tenía que ir completamente de negro, hay muchas piezas de azabeche, sobre todo de los talleres compostelanos". Matiza que la aparición de un material más barato como la ebanita animó un cambio de tendencia.

Sobre la producción de esta muestra, Aurelia Balseiro destacó que el Departamento de Artes y Etnografía echó casi que un año limpiando y documentando las piezas, "porque los asientos que se hacían antes eran muy superficiales".

Como actividad paralela se desarrollarán los talleres para chavales A Maxia dos Ourives y O Museo invítate a... adornos para agradar, para gustar...". Además, habrá tres visitas guiadas para público en general a cargo de la comisaria, que se harán el próximo día 22, el 20 de octubre y el 10 de noviembre.

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