El monarca afirma que la Constitución recogerá a Marruecos como un ''Estado Musulmán''

El rey Mohamed VI de Marruecos presentó la nueva Constitución del país con la que pretende profundizar en la separación de poderes y en el carácter parlamentario del sistema político marroquí.

Para el monarca, la nueva Constitución es "un nuevo pacto histórico entre el Trono y el pueblo", y por ello esta tiene "la preeminencia como fuente de todos los poderes".

El rey recordó que el texto recogerá el carácter de Marruecos como un "Estado musulmán", una de las grandes victorias de los islamistas en el proceso de reforma constitucional.

En una de las grandes novedades que aporta el texto, recordó que el rey "ejerce sus misiones de garante y árbitro" sobre la base de los artículos de la Constitución, y aseveró que "la legislación es competencia exclusiva del Parlamento".

El proyecto otorga al presidente del Gobierno el poder de disolver la Cámara de Representantes, recordó, aunque el soberano deberá ser consultado con anterioridad.

En cambio, el monarca refuerza su autoridad sobre las Fuerzas Armadas, al crear la Carta Magna el Consejo Nacional del Seguridad, presidido por el rey, que tendrá el mando sobre el Ejército y los cuerpos de seguridad.

"La nominación de los cargos militares sigue siendo competencia exclusiva del rey, jefe supremo, jefe del Estado Mayor general de las Fuerzas Armadas Reales", explicó.

Al mismo tiempo, también ha sido constitucionalizada la preeminencia de las convenciones internacionales ratificadas por Marruecos frente a las leyes nacionales.

Entre los puntos más conflictivos de la nueva Constitución estaba la declaración del "amazigh" (bereber) como lengua oficial, algo que finalmente se ha llevado a cabo pese a la oposición declarada de los islamistas, partidarios de la arabización del país.

La clase política ha recibido la reforma constitucional con reacciones que van desde el triunfalismo a la alegría moderada.

El ministro de Relaciones con el Parlamento y uno de los líderes de la Unión Socialista de Fuerzas Populares (USFP), Driss Lachgar, dijo que "se trata de una revolución. Se puede hablar ya de una nueva monarquía en Marruecos, una auténtica monarquía parlamentaria".

"Respecto a la Constitución de 1996, hay cambios fundamentales, pero la reforma no responde a nuestras aspiraciones. Podemos decir que estamos satisfechos entre un 70 y un 80 por ciento. Uno de los problemas que se plantean es que los ministros pueden ser cesados por el jefe del Gobierno y por el monarca y eso puede crear problemas", dijo.

El Movimiento 20 de Febrero ya ha anunciado que el próximo domingo se celebrarán manifestaciones en diferentes ciudades de Marruecos que volverán a reclamar mayor audacia en las reformas.

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