El Mobile World Congress amenaza con irse de Barcelona

El consejero delegado del evento se plantearía cambiar de sede en 2019, aunque la cita del año próximo no peligra

John Hoffman, el consejero delegado de la GSMA, organizadora del Congreso de Móviles, ha expresado de nuevo su preocupación por la situación de Cataluña y ha advertido de que el evento necesita "seguridad y estabilidad política", por lo que se plantearía cambiar de sede el 2019 si no se pudiera garantizar en el futuro.

Hoffman lanzó este mensaje el miércoles durante la reunión del patronato de la fundación Barcelona Mobile World Capital (MWC), que se reunió en la capital catalana coincidiendo con la huelga general que colapsó la red viaria y ferroviaria, según han confirmado a Efe fuentes cercanas a la Mobile World Capital (MWC), en la línea de lo avanzado este jueves por La Vanguardia.

El directivo de la asociación que organiza el Mobile insistió en que la próxima edición del MWC, que tendrá lugar entre el 26 de febrero y el 1 de marzo de 2018, está completamente garantizada y que los preparativos van a buen ritmo, pero que el evento necesita "seguridad y estabilidad política" de cara a próximas ediciones.

Estas mismas fuentes han apuntado que Hoffman lanzó "un aviso", otro más, ya que el pasado octubre GSMA aseguró en un escueto comunicado que está "monitorizando la situación en España y en Cataluña y evaluando cualquier impacto potencial para la Mobile World Capital y el Mobile World Congress".

En el patronato de la Mobile World Capital se encuentran, entre otros, las administraciones públicas, la Fira, la GSMA y algunas de las principales empresas del sector. La asociación que agrupa a los operadores de telefonía tiene un acuerdo con los socios del evento en Barcelona para que la sede del Mobile se quede en la capital catalana hasta el año 2023.

El año pasado, el Mobile World Congress registró un nuevo récord de visitantes, con 108.000 profesionales, y se estima que su impacto económico se situó en torno a los 465 millones de euros. Se trata de un evento que el año pasado generó 13.200 puestos de trabajo temporales y que dinamiza la economía de Barcelona y su área metropolitana durante los días en que se celebra.

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