¿Es usted el afortunado al que le tocaron los 40 millones de euros al décimo en el sorteo del Niño?. La pregunta se repite una y otra vez y todos los posibles ganadores, los que compraron lotería en el bar La Bodeguilla, donde cayó este premio especial, también repiten, uno tras otro, «no, no, no soy yo. Ojalá lo fuera».
El millonario ha aplicado a rajatabla el manual existente para este tipo de casos, que no es otro que mantener la calma para asimilar la nueva situación, relajarse y respirar profundamente para evitar extravagancias y el poderoso deseo de difundir a los cuatro vientos que ahora dispone de dinero suficiente como para comprar medio Monforte.
Un asesor fiscal de la ciudad del Cabe señaló que el primer paso para ser millonario «es no vivir como un millonario, siendo mejor llevar una vida sencilla. Es necesario olvidarse de los grandes gastos y comprar lujos únicamente con lo que se genera con los intereses del dinero conseguido, pues de lo contrario se puede dar el caso de comprobar en carnes propias que no hay fortuna tan grande que no se pueda pulir en unos años».
